Aguas contaminadas en la Bahía de Algeciras
Mucho calor en España, batiéndose récords
“Son muy concretas
las recomendaciones a la población, para paliar en lo posible la contaminación.
Aunque, no dejan de ser contradictorias algunas de las mismas”
José
Salguero Duarte
Domingo, 26
de julio 2015
El cambio climático es una manifiesta
realidad. Por lo que, las adversas climatologías en sus diferentes extremos,
galopan aterradoramente muy progresivamente. Conllevando graves catástrofes
tanto en verano con sequías, incendios, etc. Como en invierno con tormentas
glaciales con bajadas extremas de las temperaturas, lluvias torrenciales,
cataclismos diversos, etc., etc. Castigando a los sectores poblacionales y
naturales más vulnerables, por culpa de la ‘apatía’ de los poderes, al no haber
actuado desde hace décadas, con firmeza contra los continuados atentados que se
cometen contra el ecosistema. Siendo tres claros ejemplos de ello, la destrucción
de la selva tropical, el alarmante vertido de CO2 a la atmósfera y la contaminación de las
aguas… Acarreando graves impactos naturales, económicos y sociales a la
población, como consecuencia de ese abrupto cambio climático que provocan los
constantes ataques contra el medio ambiente.
Consecuentemente, en la cumbre celebrada en Paris, el pasado martes 21 de
julio, constituida por medio centenar de
alcaldes de las ciudades más importantes del mundo con la presencia, además,
del papa Francisco, líder del Vaticano. Y en las posteriores cumbres previstas
en este año, deben los estados llegar a un total consenso, para intensificar
las acciones contra la creciente destrucción del planeta. Debiendo la población
huir de los vanos e inútiles discursos políticos. Porque, como siempre, con
ellos ya es imposible sofocar las catástrofes ocurridas, siendo también tarde
para atajar las que se avecinan, estando en juego, la vida o la muerte más
extrema de la humanidad. Por lo que,
muchos poderes pasados y actuales, principalmente los de las grandes potencias
mundiales, son los presuntos responsables de casi todo el mal que sufre el
planeta, al anteponer mezquinos intereses económicos a la salud y el bienestar
medioambiental de la población...
El calentamiento atmosférico ha provocado
que, suba mucho el mercurio en los
últimos meses, hasta el punto que, el pasado mes de junio, según leí,
fue el más caluroso de su historia. Por lo tanto, hay que ser muy cauteloso
para no sufrir las consecuencias de las altas temperaturas reinantes. Porque en
lo que va de julio, tampoco se han quedado atrás, alcanzándose temperaturas muy
por encima de los cuarenta grados centígrados, en bastantes puntos de la geografía
española, batiéndose récords. Aconsejando la Agencia Estatal de Meteorología,
activar las alarmas en gran parte de las comunidades autonómicas.
Consiguientemente, cuando estoy en los
primeros renglones de la creación de esta tribuna de opinión, a las 16,00 horas
del miércoles, 22 de junio de 2015, con unos 43 grados a la sombra. Me
encuentro atrincherado en mi despacho estudio, alternando el teclado del
ordenador con el mando a distancia del aire acondicionado. Transfigurándose mi
cuerpo metamorfósicamente. Desconociendo, si me convertiré en una larva con
duende, por el destemple que me produce pasar del frío al calor con estornudos
y chorreones de sudores por las ‘rebanadillas’ de las trancas.
Las consecuencias del calentamiento global,
según los científicos, pueden ser por efectos naturales o mayoritariamente por
la mano negra del hombre. Por, entre otros motivos, por culpa del dióxido de
carbono vertido a la atmósfera por los coches, industrias eléctricas,
desforestación, ganadería extensiva, etc., etc. Provocando graves alteraciones
en la Tierra, glaciares, océanos...
Consecuentemente, son muy concretas las
recomendaciones del poder político a la población, para paliar en lo posible la
contaminación. Aunque, no dejan de ser contradictorias algunas de las mismas.
Porque por una parte, los mercaderes nos incitan, con mil y una treta, al
consumismo puro y duro. Y, por la otra, nos recomiendan para evitar la
emanación de gases con efecto invernadero… que reciclemos, que utilicemos los
transportes públicos, que reduzcamos el consumo eléctrico, que utilicemos papel
reciclado en vez de bolsas de plástico. Así como, potenciar las energías
alternativas como la solar, eólica e hidráulica…
Es evidente que, los gobiernos realizan
puntuales campañas, como la realizada hace unos años contra el uso de bolsas de
plástico en las grandes superficies. Conllevado dicha acción para el
consumidor que, de sernos gratis las
tengamos que abonar desde que entró en vigor esa normativa. No exigiéndoles ciertos gobiernos a algunas
multinacionales… que sus productos sean embalados con material reciclado,
prosiguiéndolo haciendo presuntamente sin respetar las normas impuestas de
reciclaje… a la ciudadanía. Y, sobre la energía solar, que le pregunten a los
empresarios y particulares que el Gobierno presuntamente dejó tirado cuando la
transformaron…