domingo, 28 de noviembre de 2010

Reyes Benítez "Paco de Lucía cuando chico era un demonio tocando y su hermano Pepe cantaba para rabiar". (Entrevistado por Pepe Salguero Duarte)






Reyes Benítez



José Salguero Duarte
Domingo 28 noviembre 2010
Diario Área

http://salgueroduarte.artelista.com/

Reyes, es un especial algecireño. Persona querida, respetada y admirada ejemplo de caballerosidad. Siendo merecedor de un reconocimiento oficial del pueblo que lo vio nacer. Porque es un auténtico especial de pura cepa.


–-Recuerde brevemente su infancia.
-Nací el 1 de enero de 1916. Vivíamos en la Villa Vieja y mi padre era un enamorado del corcho. Teníamos una fábrica detrás del Hotel Cristina cerca del Águila y después nos vinimos al Hotel Garrido. Estuve en dos o tres escuelas, la última fue la de don Cayo que fue el mejor profesor que había en Algeciras, pero lo mataron en esas cosas tan malas que pasaron en la guerra.

–-¿A qué jugaban?
-Me gustaba practicar todos los deportes entre ellos el fútbol y el tenis. Pero siendo un crío jugaba a los trompos, a los contrabandistas y a los perros y, a las liebres… Hoy los juegos son muy diferentes con motivo de la revolución electrónica y a los avances de la sociedad.

–-¿Cómo estaba la situación en Algeciras?
-Había poco trabajo y mucha hambre, no se encontraba nada para comer por culpa de la guerra. Existía una división por culpa del odio y nos llevó a la ruina. Determinados vividores hicieron daño y en Algeciras habían unos cuantos, ¡para qué los voy a nombrar!, culpaban a las personas y los fusilaban sin pruebas.

–-¿Dónde aprendió a jugar al billar?
-En el Circulo Mercantil que estaba en donde está el Edificio Plaza en la Plaza Alta, que era donde se ruina una parte de Algeciras. Allí jugaba con Pepe García y con Antonio Castro que era músico del regimiento. También jugaba en el Café Juanito de la calle Ancha junto a la actual Librería Belmonte. Yo jugaba muy bien y tenía mis propios tacos y mis bolas, pero nunca jugué una partida apostando dinero.

–-¿Tanto le gustaba el billar como para irse en bicicleta hasta La Línea?
-Me iba a ver a Ciriaco, a Becerra y a Alfredo que jugaban en el Andalus, que era un bar donde se reunían los artistas. Una vez vino Ciriaco a Algeciras y le preguntó a Juanito si conocía a uno que jugara bien. Me llamaron y él me dijo: “¿Cuánto nos íbamos a apostar?". Le contesté que ni un real. Empezamos y lo dejé de ir un poco pero después comencé a hacer carambolas y me dijo totalmente sorprendido: “¡No pensaba que jugaba usted tan bien!".

–-¿Qué ha hecho para conservarse tan bien a sus noventa y cinco años?
-He trabajado mucho, pero he llevado una vida muy ordenada. Cuando se terminaba la tarea, estaba en la huerta de la fábrica de corcho y pronto a la cama porque al otro día había que madrugar. Me conocía todo el mundo pero ahora menos porque Algeciras ha crecido mucho y son casi todos nuevos.

---¿Su padre dio de comer a muchas familias?
-En mi casa siempre habían vecinos comiendo. En el Hotel Garrido hicimos allí dos huertos; uno daba a la Bajadilla y otro a lo alto del cerro y se sembraban papas, habichuelas y de todas las cosas. Los que trabajaban en la fábrica se llevaban al terminar la faena algo para comer. Si llegaba alguien pidiendo mi padre lo sentaba en la mesa con nosotros.

–-¿Se hizo cargo de la fábrica?
-Cuando murió mi padre me hice cargo de ella, porque mi hermano mayor no quiso. Estuvimos dos o tres años toda la familia. Pero mí hermano quería que estuviéramos los dos, negándome. Mi padre no pudo hacer carrera de él.

–-¿Hasta cuándo la fábrica de corcho Baldomero Benítez?
-Le dieron coba a mi madre y se hicieron cuatro partes y después me tuve que ir a trabajar a Alemania. Pero hubo sus cosillas porque no se hizo el reparto bien porque no nos dieron el trozo cercano a las casas que teníamos.

–-¿Cuántos años estuvo en Alemania?
-Trabajé dos años en una fábrica de acero y me vine porque mi hermano "El Chato Mena", que tenía dos granjas con gallinas y cerdos (una en el Cobre y otra en la Menacha). Me dijo que me viniera para que llevara yo una, pero me la jugó y me engañó otra vez. Después me fui a Málaga con Jerónimo Bandrés a vender helados de la casa Frigo. Estuve ocho años hasta que me jubilé y me vine de nuevo para Algeciras.

–-¿Usted frecuentaba los locales de la bohemia nocturna algecireña?
-No he ido nunca por ahí y nunca me he emborrachado en la edad que tengo. Era todo lo contrario que mi hermano.

–-¿De qué conoce al maestro Paco de Lucía?
-Su padre era muy amigo mío porque vivíamos juntos. Todos los días nos íbamos por la mañana a la Acera de la Marina y tomábamos café. Paco cuando chico era un demonio tocando la guitarra y su hermano Pepe cantaba para rabiar.

–-Buena gente son los Lucia, ¿es así?
-El padre era buena gente y por eso sacó a sus hijos para adelante. Tenía las horas para que sus hijos estudiaran. Era un hombre que no daba un paso en falso porque era muy seguro. Esa familia no tiene desperdicios porque son todos grandes artistas hechos por el padre.

–-El maestro en el concierto que ofreció hace un par de años en Jimena dijo: “A Reyes Benítez que fue el que me compró mi primera guitarra y le estaré eternamente agradecido".
-Fui a saludarlo a los camerinos y al verme que me iba me dijo que me quedara. De la guitarra que le compré no tenía que haber dicho nada, porque le dije al padre que eso se quedaba entre él, su hijo y yo.


Paco de Lucia, Reyes (hijo), Pepe de Lucia y Reyes Benítez

–-¿Por qué le compró la guitarra?
-Paco de Lucía tenía unos quince años y su padre me dijo un día, que se tenía que ir con un bailaor llamado "El Greco" a América y no tenía guitarra. Yo le dije que mandara a pedir una a Madrid del fabricante Domingo Esteso. Creo que me costó unas diez mil pesetas y por entonces era un dinero.

–-¿Qué ocurrió cuando regresaron?
-Cuando volvieron lo hicieron por Gibraltar. Y fui con el padre de Paco a esperarlos y nos juntamos en La Línea con El Chato Méndez que cantaba muy bien. El Chato me dice “Tito yo quiero escuchar de cantar a Pepe". Le contesté que buscara un sitio y nos fuimos a un bar de la calle Clavel. Pepe venía muy cansado del viaje pero El Chato se puso a cantar para que se arrancara Pepe y allí pasamos un buen rato.

–-¿Quiere contar cómo surgió el irse el maestro Paco de Lucía a Madrid?
-Yo tenía un amigo que vivía en el Secano que se llamaba Juanito García y este tenía mucha amistad con una familia de Madrid. Siempre le decía al padre que sus niños había que mandarlos para Madrid. Y allí los mandamos y grabaron el primer disco con el nombre de: Los Chiquitos de Algeciras. Ellos me consideran como si fuera su segundo padre. Estaban siempre en la fábrica jugando con mis hijos.

–-¿También los llevó a Sevilla para que se sacaran el carné de artistas?
-Eso fue antes de irse para América. El padre le dijo al Paco mientras esperábamos. “Mira Paquito: coge esa caja de cerveza que hay ahí vacía y ponte en el rincón mirando a la pared para calentar las manos". Al momento empezaron a callarse todo el mundo. Cuando se examinaron, Pepe Pinto y los del tribunal se quedaron sorprendidos. Tanto es así que después nos fuimos a la casa de Pepe Pinto en la Campana y allí en un sótano se hartaron de cantar y de tocar Paco y Pepe todo lo que le pedían.

–-¿Por qué Paco de Lucía no tiene un museo en Algeciras?
-Si hubiera nacido en otro lugar ya lo tendría, pero en Algeciras tiene Paco sus detractores por envidia. Ese niño nunca le ha hecho daño a nadie, siempre tiene la sonrisa en los labios.

–-¿Usted era también amigo del maestro `Miguelín´ y los es del maestro Pedro Castillo?
-A `Miguelín´ lo conozco desde que era chico y a Pedro Castillo mucho más. `Miguelín´ iba al café de Juanito a ver de jugar al billar, no alcanzaba y se ponía a mirar y cuando terminábamos cogía el taco y se liaba a tacazos. Juanito salía corriendo detrás de él.

–-¿Cuándo fue la última vez que vio al maestro `Miguelín´?
-Fui a verlo cuando estaba en la residencia. Toqué en la puerta y al verme le dijo a uno de sus hijos y me parece que fue al Curro: “Este hombre es uno de mis mejores amigos que yo tengo en Algeciras". `Miguelín´ era un hombre fuera de serie. En Algeciras todo el que ha salido ha marcado las diferencias. Pero siempre hubo dos bandos sin motivos y sin razón.

–-Reyes, ¿la envidia es muy mala?
-Lo acabas de decir perfectamente. En Algeciras hay una camarilla que todo lo que sale y puede prosperar tratan de hundirlo. El padre de Paco de Lucía estaba luchando por sacar a sus hijos adelante, ¡menos mal que se los llevó a Madrid! La gente de La Línea es totalmente diferente a los de aquí.

–-¿Algeciras es cuna de artistas?
-Había uno llamado Pepe Santiago, que creo era de Jerez y se vino siendo un crío a la calle Tarifa, donde su padre tenía un bar. Siempre estaba tocando la guitarra y lo hacía muy bien. Un día vinieron para que le tocara a Vallejo que era el número uno. Cuando también venía Valderrama y otros cantaores que traían de guitarrista al Niño Ricardo. Allí los dos en un reservado que había en el bar liaban la grande tocando la guitarra.

–-¿Tan buen guitarrista era Pepe Santiago?
-Tanto es así que un día le dijo El Niño Ricardo: “Todo el mundo dice que yo soy el mejor, pero ya quisiera yo tener las manos que tienes tú". Pepe Santiago era maravilloso con la guitarra y fue el padrino de Pepe de Lucia. Tenía un aire muy bonito tocando, un aire que es exclusivo de los buenos guitarristas de Algeciras. A Paco de Lucia le brotaba y brota a borbotones ese aire. Pero si Paco es un excelente guitarrista mejor aún es como persona.


Reyes Benítez con Pepe Salguero Duarte