Europa
en crisis tras el éxodo de los refugiados sirios
“El Gobierno español del PP de Mariano Rajoy, siempre ha
llegado tarde y mal para afrontar ciertas catástrofes. Como le ocurriera también
a Rajoy en la tragedia provocada por el Prestige”
José
Salguero Duarte
Domingo, 06 septiembre
Debo templar la roja tinta de mi
estilográfica, desde las primeras palabras que me brotan verter, negro sobre
blanco, a pecho descubierto y con caída libre, en este artículo que comienzo a
crear a las 22,00 horas, del jueves 3 de septiembre. Día de nacimiento, en el
año 540, de Gregorio I Magno. Considerado, según he leído, como “el santo
patrono de los coros de música y de sus cantantes”. Dedicándose, entre otros
asuntos, a transmitir “el valor de
conservar la alegría cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles”.
A pesar de mi agnosticismo sobre lo
religiosamente divino. Debo comulgar y comulgo,
con la intencionalidad de San Gregorio “de conservar la alegría”. Porque
en mi juventud estudié música en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz.
Consecuentemente, a pesar de esa sensibilidad adquirida. Los sones musicales
que retumban en mis oídos, son los de las marchas fúnebres.
Por consiguiente, alegría no tengo ninguna
sino dolor, angustia y pena hasta en las yemas de mis dedos, al acariciar el teclado de mi ordenador. Tras la
malignidad aterradora de las imágenes emitidas por los canales de las
televisiones mundiales. Con el niño sirio de nombre Aylan, yaciendo muerto boca abajo, en la orilla de
una playa, tras naufragar la embarcación en la que viajaba junto a su madre y
hermanos, también fallecidos.
Imagen espantosa que permanece incrustada en
los pilares de mis emociones, sentimientos y estremecimientos. Formando parte
ya de mi archivo mental, en el que guardo otras instantáneas tan terroríficas.
Como la de la niña de nueve años totalmente desnuda, que huía horrorizada,
junto a otros niños, por una carretera. A raíz de que, el 27 de junio de 1972,
un avión norteamericano bombardeó con napalm la población Trang Vang de Vietnam
del Sur. Al ‘confundir’ el piloto a un grupo de niños con tropas enemigas...
Pero si las imágenes del 36 y las del 72
fueron espeluznantes. Perdurando en los anales de la negra historia de la
humanidad. Las de los muertos diarios en ambas orillas del Estrecho de
Gibraltar son de la misma monstruosidad, que las de los centenares de seres
inocentes huyendo del genocidio en Siria… Creyendo firmemente que, dicho éxodo
de refugiados sirios. Es como consecuencia de la malignidad de los ejecutores
de las guerras contra la esencia de la naturaleza viva. Inmorales y mal
nacidos, los que sin pausa alguna, mantienen viva la llama del horror, a cambio
de millonarios beneficios procedentes de sus ignominiosas ventas armamentistas.
Importándoles poco las cuerdas melodiosas de un violín, al anteponer
presuntamente sus intereses políticos y económicos…
Pero como siempre que ocurre una tragedia. Al
ser el pueblo español tan solidario como el que más. Ciudadanos anónimos,
totalmente independientes de la oficialidad política, han sido los primeros en
tender sus manos solidarias, ofreciendo hasta sus domicilios para acoger a
refugiados. Creando hasta un registro de estas familias, el Equipo de gobierno municipal del Ayuntamiento de
Barcelona, presidido por Ada Colau. Sumándose a dicha y a otras iniciativas,
otras capitales y municipios españoles, presididos por la nueva hornada
política no contaminada por cierta ‘caspa’ de la rancia derecha española del PP. Como es el caso de la
alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena…
Consecuentemente, como dicha tragedia ha
abierto de par en par los canales
morales y éticos. Gobiernos que permanecían imperturbables ante tanto horror.
Se han visto abocados a afrontar dicha tragedia. Entre otros, el español del PP
de Mariano Rajoy. El que siempre ha llegado tarde y mal para afrontar ciertas
catástrofes. Como le ocurriera a Rajoy en la tragedia provocada por el Prestige
en las costas gallegas. Rectificando, en esta ocasión, tardíamente sobre el
número de refugiados a acoger. Declarando hoy jueves, el ministro de Asuntos
Exteriores que, “España está dispuesta a recibir la cuota que le corresponda”,
de los 120.000 refugiados más que la Unión Europea distribuirá entre todos sus
países miembros…