Gatito callejero
Tu mirada y la mia,
o la mia y la tuya,
se cruzaron esta soleada mañana,
nada más dar los primeros pasos.
Iba en busca de la mar en calma,
y tú permanecías vigilante escondido,
en las entrañas de un enorme camión,
estacionado junto al viejo cementerio.
Deseé empatizar contigo,
con toda la sensibilidad del alma.
Pero sólo aceptaste mi amistad,
a una cierta distancia;
al estar temeroso de que
te pudiera hacer algún daño.
Una y otra vez anhelé,
poderte
expresar mis sentimientos.
Teniendo que desistir de hacerlo,
marchándome desolado y hueco.
Poniéndote durante mi paseo,
de nombre
Poema.
Si hubiera conseguido acariciarte,
con las yemas de mis dedos.
Juro por lo más sagrado,
que desde ese mismo momento,
hubieras sido mi compañero de piso.
Mañana iré de nuevo en tu busca,
y si te encuentro y me aceptas,
nos iremos juntos a casa.
Pero te rogaría que antes me llevaras,
a la clínica veterinaria de enfrente,
para que la albeitería me desparasitara.
Siempre tú y yo, Poema.
Foto y poema José Salguero Duarte
Algeciras, 16 septiembre 2015
