José Salguero Duarte ante dos de sus cuadros en la exposición del Casino de Algeciras Semana Santa abril 2012
Jesucristo de la mar y yo
José Salguero Duarte
Viernes Santo, 7 de abril de 2012
A
través de mi prosa periodística, crónicas o poemas, me he desnudado totalmente
ante mis lectores, desde que comenzara a expresar mi sentir y pensar de todo cuanto me rodea, en
los distintos medios de comunicación donde he colaborado y colaboro.
Creyendo
firmemente, que una persona que se dedica a escribir públicamente, debe estar presente, cuando le sea posible,
en el núcleo donde se produzcan las noticias, para después poder plasmar o
narrar sus crónicas, poemas o cuadros a
través de lo que capte y no de lo que cuenten otros.
Consecuentemente,
tengo muy claro, que es lo bueno y lo malo para mí entre otras muchas cosas,
sobre lo que persigue el Estado del Vaticano. Y lo que siente el pueblo llano
sobre una determinada imagen religiosa.
Por lo tanto,
que cada cual crea sobre la
Iglesia y sus fines lo que considere oportuno. Pero la Semana Santa
algecireña o cualquier otra, no las disfruto a través de la Fe cristiana, sino a través de
la cultura y de las artes, embriagándome con unos matices y sentimientos
difíciles de describir, que captó tanto alegres como tristes procedentes de las
raíces más profundas de la gente del
pueblo.
Por lo tanto, estimada lectora, esa Virgen a
la que adoro puede ser usted, su madre o la mía. Las que trabajaron y trabajan
de sol a sol por unos míseros sueldos. Teniendo que hacer diariamente el
milagro de multiplicar la poca comida que poseían o poseen, para alimentar a
sus hijos e incluso socorrer a otros necesitados.
Y el
Jesucristo que tengo por modelo lo puede ser usted, estimado lector, si es que
reúne las condiciones para que lo suba a mis altares, debiéndolo tener que
demostrar en todo momento, pero muy especialmente, cuando vengan mal dadas y se
tenga que alinear con el poder o
quedarse conmigo junto a los más débiles.
Por
ello, para que lo admita en mi edén, donde sólo tiene cabida la luz, la
libertad, la paz, la armonía e igualdad. Debe realizar una lucha pacífica
constante a través de la palabra contra los opresores.