"Festejo
cumbre en el que las musas del toreo y del flamenco en una simbiosis
inigualable, ofrecieron un espectáculo único, en una noche llena de embrujo y
encanto"
Fotos ©: Juan Téllez
Marbella, sábado 28 julio 2012
Como estaba anunciada y programada, a las 23 horas del sábado 28 de julio, bajo la luz de la luna y de las estrellas, se celebró la corrida de candiles, festejo cumbre de la temporada marbellí, en el que en esta edición, nuevamente, las musas del toreo y del flamenco en una simbiosis inigualable, ofrecieron un espectáculo único, con esos quejidos procedentes de las gargantas y los sones de las guitarras del cuadro flamenco que amenizó el espectáculo, propios del romancero gitano de Federico García Lorca. Y con esas verónicas y naturales con tanta torería, en una noche llena de embrujo y encanto.
En
la que me sentía ser el lazarillo de Tormes, siguiendo los pasos de las musas
de tanto embrujo andaluz nuestro. Porque si dicen que “de Madrid al cielo”,
nosotros aquí al sur del sur de Andalucía, estamos y nos sentimos, algunos
muchos sensibles y bohemios, embriagándonos constantemente con la gloria de las
artes y del talento. Componiéndose el compás a nuestro especial aire andalusí, con esa aureola con
denominación de origen de los pueblos de nuestra bendita tierra.
Y
es así como lo escribo, porque vivo y pienso en andaluz. Por ello, los lugareños
y veraneantes, llenaron más de media
plaza de público, y cada cual en su justo momento y medida absorbentes,
disfrutó de todo cuanto aconteció en la plaza. Siendo significativo y curioso,
que entre otros muchos aspectos más de este festejo, me siguen impresionando
los silencios que se hacen presentes en esta plaza en diferentes tercios de la
lidia, que son propios de la
Real Maestranza de la cultura y de las artes del toreo de
Sevilla.
EL PASEÍLLO Y
ENTREGA DEL PREMIO CANDIL A PALOMO LINARES
Llegó
el momento de la corrida, las luces eléctricas se apagaron y las cuadrillas de
los diestros Juan José Padilla, Sebastian Castella y Miguel Ángel Perera,
hicieron el paseíllo entre dos hileras de siete candiles cada una, para
posteriormente una vez saludado el usía como marca el reglamento. Un
jovencísimo maletillas con su atillo torero a cuesta, hizo su presencia en el
ruedo desde el patio de cuadrillas, llegando hasta el centro del anillo donde
se encontraba una silla de anea recubierta con un capote de briega. Intercambió
los trastos y lanceó de salón con mucho empaque siendo jaleado. Posteriormente
otro maletillas, se tiró de espontáneo al ruedo y con la muleta por derechazos
y naturales toreó a la oscuridad de la noche. Ambos finalizadas sus faenas de
aliño, se dirigieron a la zona del albero de los tendidos del ocho, y allí le
rindieron solemnidades al maestro Sebastián Palomo Linares, entregándole el
Premio Candil de este año.
EL FESTEJO
Juan
José Padilla, a su primero tras recogerlo con su capote, se
estiró a la verónica componiendo la figura, rematando con revolera siendo
aplaudido. Pusieron al toro de Buenavista al caballo, siendo mal cogido por el
picador que fue descabalgado. Se cambió el tercio y el toro al estar más fresco
que una lecha en primavera, se vino arriba en banderillas, siendo un huracán
embistiendo, pero el ciclón de Jerez no se amedrentó y le hizo frente con tres
buenos pares de diferentes estilos exponiendo una barbaridad, sonando la música
flamenca y saludando el jerezano desde el tercio. La faena de muleta la comenzó
flexionando las rodillas en cada muletazo con torería ganándole terrenos, para
posteriormente tras colársele temerosamente, clavar las zapatillas en el albero
y realizar un toreo con pases de todas las marca de su estilo y clase torera,
ante el mejor toro del encierro que no se lo puso fácil porque había que
poderle. Tras estoquearlo, le concedieron las dos orejas.
A
su segundo y cuarto de la noche, lo
recibió con una larga cambiada, lanceándolo a continuación rematando con media.
En banderillas tras dos pasadas en falso, volvió a estar en Padilla siendo de
nuevo ovacionado. La faena de muleta se la brindó al maestro ‘Palomo’, el de
Linares. Y la comenzó de rodillas para después darle una buena tanda, pero el
toro dijo que se acabó lo que se daba echándose en varias ocasiones, no
embistiendo ni para atrás a pesar de la insistencia del diestro. Oreja.
Sebastian
Castella, es otra forma de ser y de entender el toreo, por eso
es una máxima figura y su carrera
profesional no la podía dirigir mejor otra casa, que la emblemática de la
familia Lozano. Por eso este Rey Sol del toreo francés y universal, a su primero marcado con el número 11, lo
recibió a pies juntos sin dejarlo que se le marchara, al dar las sensaciones el
toro de salida ser un birlonguero de bravura. Lo puso al caballo intentando con
sus lances moldearlo y tras el puyazo se cambió el tercio. La faena de muleta
la comenzó componiendo a pies juntos con esa torería tan poética suya, dándole
aires al toro bajo los sones de la guitarra flamenca. Posteriormente se la
dejaba puesta para que no huyera el de Buenavista, inventándose Castella la
faena con esos ramalazos de quietud, temple, dominio, valor y mando. Estando
enorme el francés en la mejor faena de la noche, propia para los entendidos del
toreo. Tras una casi entera en muy buen sitio, no le fue concedida por el
presidente una de las medallas olímpicas de los juegos que se celebran en Londres,
sino dos orejas de peso.
Al
lidiado en quinto lugar al lancearlo le rasgó el capote en dos, prosiguiendo
toreándolo siendo aplaudido. En el caballo flojeó el toro y la faena de muleta
la comenzó en tablas del tendido ocho. Ya en el tercio lo intentó con sus
formas y maneras toreras, pero el toro para embestir como es preceptivo,
necesitaba que le hubieran inyectado nada más nacer unas buenas dosis de
bravura, casta y raza. Y como escaseaba de esos ingredientes, Castella con su
profesionalidad y buen momento que atraviesa, le arrancó la oreja.
Con
el que cerró plaza, lo intentó con el capote no colaborando el toro al mansear.
Fue mal picado y en la suerte de banderillas puso en peligro a los subalternos.
Debiendo haber hecho el presidente caso omiso al reglamento taurino,
pasándoselo por el arco de su presidencia, y haber cambiado el tercio no sólo
en este sino en otros toros, cuando le fue solicitado por los toreros, y así
hubiera evitado poner en riesgo la vida de los banderilleros, ya que bastante
susto nos están dado desde hace seis meses, los recortes del rancio político
del Partido Popular, procedente del triste pasado, el presidente del Gobierno
español Mariano Rajoy 'Tijeritas' y su
cuadrilla política. Tras el inciso último anterior, al no poderlo evitar porque
me hierve la sangre, ya que lo peor estar por venir y nos tendremos que atar
aún más los machos. Debo proseguir con la crónica taurina, rogando me
disculpen, porque Perera con la muleta
lo intentó, pero el toro fue el más
manso de la corrida, y este no necesitaba una dosis de reconstituyente de
bravura, sino un litro de tetrabrik para que se asemejara a los cánones del
toro bravo. Se le pidió la oreja para
Perera, no siendo concedida, saliendo junto a sus compañeros a hombros de la
plaza.
FRASE
FINAL
--------El buen
toreo con quietud, temple, armonía y mando, es la esencia de la sublimidad de
las artes.
(De mi obra literaria titulada:
HUELLAS)