La verdad, ¿qué verdad, la del
tiempo nuevo político?
“Un tiempo nuevo les llegó, a los que ejerciendo la
política, prosperaron gracias a los sueldos, sobresueldos, dietas y
mangoneos... Propiciándoles que abandonaran sus harapientos pantalones de
tergal o de pana remendados”
"Me acuerdo, en estos momentos, del juez Elpidio Silva. Porque tuvo el atrevimiento, con arreglo a derecho, de enrejar a Blesa por determinadas presuntas fechorías cometidas. Siendo indignante, que haya sido condenado, el juez, a 17 años y medio de inhabilitación, mientras el presunto chorizo y ratero de Blesa, sigue campando a sus anchas"
José
Salguero Duarte
Domingo, 26 de octubre 2014
Cuando en la tarde del viernes pasado,
24 de octubre, me puse, nuevamente, a porta gayola, delante de un folio
totalmente inmaculado. Me pregunté ¿de qué voy a escribir esta semana? Porque
hacerlo, una vez más, sobre de lo que se cuece en la putrefacta política
española, provoca que me siga hediendo la mierda de sus cuchitriles. Porque con
la catadura moral, cívica y política de una parte significativa del elenco de
relucidos, del sistema político corrupto que nos mal gobiernan a todos los
niveles. No tiene España solución alguna, a pesar del palabreo que emplean para
vendernos de cara al invierno, no mantas de pura lana virgen de Zamora, sino la
recuperación económica, los brotes verdes, el pacto anticorrupción y la llegada
de un tiempo nuevo.
Existen, estimado lector, frases de pensadores, que
son tan ciertas como esta jungla política que no has tocado sufrir. Como la que
se le atribuye al escritor español Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) que
dice: “Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y
después te cambian el programa”.
Si Jardiel creía que ocurría eso en su
España. También sucede, más de lo mismo, en la actual que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico “la justicia, igualdad y el pluralismo
político”. Porque existen formaciones políticas las que, tras alcanzar el
poder, cambian parte de sus programas electorales ofrecidos en comicios
electorales. Ocurriendo claros ejemplos sobre ello, desde el primer Gobierno
estatal de este periodo constituyente y, hasta el de nuestros días del Partido
Popular de Mariano Rajoy. Excelencia que nos la clavó por los cuartos traseros
y sin vaselina, a los pocos días de
alcanzar el poder. Prosiguiendo, aún, esa criatura políticamente indemne de
responsabilidades, a pesar del grave daño cultural, social, político,
sanitario, humano y económico… que ha hecho padecer a gran parte del pueblo
español, durante los tres años que lleva en La Moncloa.
Por ello, si la frase anterior de
Jardiel no tiene desperdicio alguno. No se queda atrás, la del actor
estadounidense, Groucho Marx (1970-1977), que dice: “La política es el arte de
buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados”. Pudiendo servir, como ejemplo, de lo último
anterior, ciertas medidas ejecutadas arbitrariamente, sin escuchar la voz del
pueblo, por los Torquemada de la política española del PP… Ganándose, por
desméritos propios ellos, los otros y los de más allá de sus siglas la tirria
que le tenemos. No pudiéndose ni imaginar, ciertos políticos y sindicalistas
panza burros, lo que me provocan sus angelicales rebuznos, cada vez que se
cruzan conmigo hasta cuando hago zapping.
Porque para conseguir ese nuevo tiempo
que auguran ahora, no lo conseguirán ni cambiando la hora de los ‘pelucos’ de
sus muñecas o en las de sus damas. Porque para que brille la luz en tanta
cerrazón, oscuridad y tinieblas, es necesario cantidades de dosis de
democracia, libertad y de justicia, para exterminar a ciertos que mal dirigen
despilfarrando… algunos de los 19.000 entes oficiales que presuntamente
existentes en esta pirata España.
Consigna o lema de “un tiempo nuevo”, la que vengo
escuchando desde el minuto cero del inicio de la transición política, desde la
dictadura de Franco a esta descafeinada democracia. Y si en unos cuarenta años
no se ha conseguido, es porque hacen falta eficaces y valientes cribas, para
erradicar hasta el último político podrido que exista. Siéndoles casi imposible
realizarlas a ellos, porque presuntamente se cubren, unos de los otros, con el
“tú más”.
Así que, no más engaños, porque llevamos más de 30
años sufriéndolos. Por ello, reconozco que,
un tiempo nuevo les llegó, a los que ejerciendo la política, prosperaron
gracias a los sueldos, sobresueldos, dietas y mangoneos... Propiciándoles que
abandonaran sus harapientos pantalones de tergal o de pana remendados. Pudiendo
tirar de tarjeta a lo Blesa, Rato y demás presuntos golfos de Caja Madrid o
Bankia. Trincones de guante blanco de diferentes siglas políticas y sindicales,
que se gastaban el dinero, hasta para comprar lencería, mientras era rescatada con
unos 24.000 millones de euros a Bankia.
Me acuerdo, en estos momentos, del
juez Elpidio Silva. Porque tuvo el atrevimiento, con arreglo a derecho, de
enrejar a Blesa por determinadas presuntas fechorías cometidas. Siendo
indignante, que haya sido condenado, el juez, a 17 años y medio de
inhabilitación, mientras el presunto chorizo y ratero de Blesa, sigue campando
a sus anchas. ¡Menos mal!, que ahora, le han impuesto una fianza de 16 millones
de euros, por el asunto de las tarjetas opacas de Caja Madrid. ¿Lo veremos en
la trena y más tieso que una mojama? No tengo la menor duda que sí. Pero
también veré, más pronto que tarde, a Elpidio Silva ejerciendo como juez.