In
memóriam del ‘alemán’, indigente de Algeciras
José
Salguero Duarte
Domingo,
17 de mayo 2015
Es obvio que, la sensibilidad de las personas
de bien, empapa los sentimientos más profundos del civismo y humanismo. Siendo
ejemplarizante el dibujo y lema que, un artista anónimo colmado de ternura,
plasmó en un banco (asiento de obra) de la Avda. Virgen del Carmen de Algeciras
(frente al ‘Pollo Caporal’). Lugar donde durmió a la intemperie durante muchos
años, el indigente conocido por ‘el alemán’. Dejando, el artista, en dicho
lugar pintada la silueta y las siguientes palabras in memóriam del ‘alemán’: “No importa si eres indigente. No importa si
eres extranjero. No importa que estés loco. No importa que no nos recuerde.
Porque yo si lo haré”.
Servidor, como tantos lugareños al pasear, caminar o
hacer footing por dicho lugar, notamos la ausencia de esa persona. Porque no
era un indigente más, a pesar de que ‘el alemán’ rara vez intercambiaba palabra
alguna con los transeúntes. Sin embargo, en cierta ocasión, me crucé con él por
el Paseo de la Cornisa, cerca del cementerio viejo. Y me saludó con un “hola”
acompañado de una sonrisa. Motivando que
instantáneamente me metiera la mano en el bolsillo, y me atreviera a darle un
billete de cinco euros. No queriéndolo coger, rechazándolo.
Tal
actitud me descolocó, porque a pesar de ser muy
consciente de que las limosnas no dignifican a las personas. ‘El
alemán’, con su acción me hizo
recapacitar y pensar durante un periodo de tiempo. Hasta el punto que, cuando
posteriormente me cruzaba con él, sentía cierta vergüenza por mi acción, al
haber presuntamente atropellado sus principios.
Creo
que, fue una gran lección la que me dio con su negativa, porque lo material y
económico… no entraban en sus planes. Teniendo el indigente la absoluta
libertad, hasta para saludar o hacer lo que le apeteciera, desde el misticismo
espiritual o personal que lo motivó a abandonar a los suyos poniendo tierra de
por medio, y adoptar esa postura apartándose del mundo ‘civilizado’ que le
rodeaba. No poseía nada más que lo puesto, y muchas veces ni un trozo de cartón
para dormir en el suelo.
El
pasado martes, 12 de mayo, cuando iba acompañado por ‘la flor de mi canela’ y
por la directora de un coro rociero algecireño, fue la última vez que pasé junto al banco del ‘alemán’. ¡Me conmovió tanto de nuevo!, la silueta y leyenda
dedicada en su recuerdo que, me paré otra vez para leerla, haciendo la
fotografía que ilustra esta tribuna que le dedico in memóriam.
Del
‘alemán’, me quedan algunos ejemplarizantes hechos, como cuando lo veía barrer
y limpiar las inmediaciones donde dormía. Dando sobradas muestras de que era
limpio a pesar del aspecto tan desaliñado y harapiento que presentaba, con su
despeinada blanca melena y barba, similarmente como las llevan los que viven en
sus mundos hippies, comunas... Sin importarles, lo más mínimo, los dedos y
lenguas viperinas que los señalan por
sus aspectos, no acorde a la directrices marcadas para las masas
borreguiles de este sistema hipócrita, falso e inhumano...
En
enero de 2013, según trascendió a la opinión pública, los Servicios Sociales de
la Corporación municipal local, socorrieron al ‘alemán’, al encontrarse inmóvil
sin dar señales de vida debajo de su manta. Siendo internado en el Hospital
Punta Europa, por tener una costilla rota. Falleciendo poco después de una
hipotermia…
Va
por ti, hermano. Gracias por el saludo y la sonrisa.