ESPAÑA LIMITA AL SUR CON GIBRALTAR
José Salguero DuarteEl Faro jueves 23 abril 2009
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Tras la visita realizada en marzo a Gibraltar, por la princesa Ana de Inglaterra, para inaugurar un hospital, provocando gran malestar a nivel comarcal y nacional. Este fin de semana de nuevo saltó a la prensa a través del diputado nacional del PP José Ignacio Landaluce, otra preocupante noticia en la que: “El pasado 10 de abril una patrullera de la Armada Inglesa, expulsase a una embarcación de la Guardia Civil, que perseguía a una lancha por las aguas españolas que rodean Gibraltar”.
Creo y entiendo, que la principal causa causante de ciertos contenciosos internos y externos que arrastra España hasta nuestros días, es como consecuencia de distintas maniobras políticas efectuadas por la dinastía del actual Borbón Juan Carlos I. Y uno de esos episodios sangrantes especialmente para Andalucía es el contencioso de Gibraltar, provocado en la Guerra de Sucesión Española, en la que la Casa de Austria y la de Borbón se enfrentaron para alcanzar el poder.
Los Borbones por entonces fueron apoyados por los franceses y los Austria por los ingleses. Y, mientras se llevaba a cabo esa pugna, los hijos de la gran Bretaña fieles a sus rateras y saqueadoras prácticas, el 4 de agosto de 1704 invadieron y conquistaron Gibraltar, obligando a la población a huir del Peñón, teniendo el Ayuntamiento gibraltareño que establecerse provisionalmente en la cercana localidad gaditana de San Roque, hasta la finalización de las hostilidades.
Pero, el asunto se complicó aún más porque el almirante Rooke que mandaba las fuerzas navales inglesas. Y que inicialmente tenía intención de imponer en nombre de Inglaterra como Rey al archiduque Carlos de la Casa de Austria. Cuando tomó Gibraltar lo hizo en nombre de la Reina Ana de Inglaterra izando la bandera inglesa.
La primera reacción militar para reconquistar Gibraltar tuvo lugar en septiembre de ese mismo año, sitiándose la Plaza hasta marzo de 1705. Posteriormente se llevó a cabo un bloqueo militar hasta el fin de las hostilidades a raíz de que Inglaterra cambiara de estrategia apoyando a Felipe V.
Este Borbón en agradecimiento por los servicios prestados por los hijos de la Gran Bretaña, cedió Gibraltar a los ingleses en el Tratado de Utrecht de 13 de julio de 1713, con las condiciones que se indican en el artículo X de dicho Tratado entre ellas:
“El Rey Católico, por si y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña, la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.
Pero, Felipe V, “para evitar cualquier abuso y fraudes en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico y supone que así se ha de entenderse, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra…”.
Los hijos de la Gran Bretaña, no contentos con tan enorme regalo, hicieron caso omiso de lo escrito en el Tratado de Utrecht, iniciando su expansionismo por tierra, mar y aire, sin que hasta hoy 23 abril de 2009, los gobiernos democráticos españoles, hayan puesto freno a tantas extralimitaciones por parte de los hijos de la Gran Bretaña.
Por consiguiente, con la actual política socialista desde el Parlamento Andaluz de Sevilla, así como con la del Gobierno estatal del PSOE, dudo mucho que España deje de limitar al Sur con Gibraltar, debido a la debilidad manifiesta en la política nacional.
Pero, enredando aún más la madeja, es más cierto a mí entender que en todos los casos, España debería limitar al Sur con Andalucía y nunca con Gibraltar, porque a Andalucía la conquistaron los caóticos Reyes Católicos españoles Isabel y Fernando en 1492, similarmente como hicieron los hijos de la Gran Bretaña posteriormente en 1713 con Gibraltar.
Siendo la conquista de Andalucía y la cesión de Gibraltar, una desvergüenza para la historia de esta nación de naciones y regiones llamada España.
