viernes, 21 de agosto de 2009

Tomás Herrera, totalmente mojado





Tomás Herrera, totalmente mojado


José Salguero Duarte
Jueves 20 agosto 2009
El Faro (Grupo Información)
http://salgueroduarte.artelista.com/


Se dice que “cada persona es un mundo”. Y ese dicho popular es tan significativo, porque en esta jungla cada cuál nos desenvolvemos, de acuerdo a diferentes circunstancias del núcleo familiar, social o político al que pertenecemos.

Aunque, no todos los de la misma casta o camada, en el transcurrir del tiempo somos sumisos al régimen imperante, al existir excepciones que rompen las reglas antisociales impuestas, resistiéndonos a enfangarnos en barrizales, mareas y charcos.

Uf, en qué fregoteado me acabo de meter, porque no quisiera estimadas-os lectores, con la caló política que jase, que ni por asomo llegaran a pensar que voy en esta tribuna, a dar una lección sobre el comportamiento del hombre en la sociedad. Aunque, he de confesar que la universidad de la vida, me enseñó mucho más de sociología, que el sistema educativo de mis tiempos jóvenes en la época franquista.

Pero de ese penoso periodo falto de libertades, conservo ciertas normas que jamás olvidaré, como es el respeto hacia las personas sobre todo a las mayores. Y, actualmente en el devenir diario añoro ese talante, al haber sido la clase política de este periodo constitucional, los primeros en perder los valores fundamentales. Y por no respetarse en este decadente sistema, no se respeta a nadie. Porque mientras ciertos miembros, familiares y allegados del PP, PSOE e IU y de los demás partidos nacionalistas y regionalistas, sigan con tan buenos sueldos y privilegios, les importará más bien poco, la trágica situación en todos los sentidos que atraviesa España.

Pero, cuando algún imbécil de la política o de cualquier profesión u oficio, debido a su incultura o a su falta de socialización, se confunde conmigo por mi forma de vestir, estando muy alejado a mí realidad interior. Tengo un brebaje especial para ellos y, dependiendo del grado de egolatría, superioridad o chulería que muestren, según el status social que ocupen se lo suministro gota a gota. Y aparte de ignorarlos les hago la señal de la cruz de forma vitalicia, porque al ser servidor un libre pensador y al no pertenecer a ningún corral borreguil, no le rindo pleitesía y ni le río las gracias a nadie.

Bien saben, a través de los diferentes medios de comunicación, la cantidad de presuntos rateros que hay en la clase política española, no mereciéndose por mi parte el más mínimo respeto, ya que de seguir Andalucía y España en esta dinámica decadente y oscura, nos llevarán a ese corralito que he citado reiteradamente en anteriores artículos. Y, el día menos pensado, nos van a dejar sin plumas y cacareando.

Por consiguiente, cuando eso ocurra, porque ya lo ha advertido hace unos días también el líder del PP Mariano Rajoy. Es posible que el pueblo se manifieste, pero no como lo hizo contra el alcalde de Algeciras en la playa de El Rinconcillo el pasado sábado, con motivo de la romería marinera en la festividad de la Virgen de la Palma. Y si usted no se ha enterado de lo que le sucedió a nuestro excelentísimo alcalde del PSOE don Tomás Herrera Hormigo, Tomi pa los amigos y Tomasito cariñosamente pa mis escritos. Pues no se preocupen estimados lectores que lo relataré a continuación, porque el asunto tuvo su guasa y su tela del telón, ocurriendo más o menos así:

Imagínese a Tomasito, vistiendo un bañador y un polo veraniego, haciendo el pasillo oficial hacia el mar para recibir a la Virgen de la Palma. Y cuando estaba metido en el agua hasta cerca de sus rodillas, alguien le echó agua, otro hizo lo mismo contagiando a los congregados, mojando la muchedumbre a nuestra primera autoridad hasta los huesos, con el consiguiente pitorreo, risas y descojono. Pero menos mal, que no le pegaron ahogadillas, pero Tomasito por tragar tragó más de un buchito de agua contaminada de la bahía, al darse ese baño de multitudes.

Y, es de suponer que sus compañeros de corporación tanto Rosario Espejo, Maribel Álvarez, Juan Barranco y Antonio Lozano, al permanecer en la retaguardia, poco pudieron hacer para sacarlo de ese apuro, porque si lo intentan no me extrañaría que hubieran sido hasta manteados. Ya que el escolta habitual, si no estaba de vacaciones, tampoco pudo evitar que se llevara Tomasito ese chorreo del pueblo, aunque supongo que le proporcionaría una toallita para que se secara, justificando el sueldo que cobra, sin dar un palo al agua.