lunes, 14 de septiembre de 2009

Olivier Herrera Marín --Poeta - entrevistado por José Salguero Duarte


Olivier Herrera Marín
Embajador en España de Poetas del Mundo



“Me retiré de la política porque no paso ni por la gatera y ni por el aro”



José Salguero Duarte
Lunes 14 septiembre 2009
Algeciras

http://salgueroduarte.artelista.com/


Olivier en esta entrevista que le hice para El Faro Información ( Grupo Información), realiza unas interesantes declaraciones. Quedándose en la grabadora muchas respuestas por falta de espacio.


-Haga un breve recorrido por su infancia
-Nací en el seno de una familia de campesinos, en una masía en Capicorp perteneciente a Alcalá de Xivert (Castellón), a orillas del río San Miguel muy cerquita del Mediterráneo. Mis abuelos eran de ideas republicanas y se exiliaron en Francia por el año de la crisis de la uva en esta zona. Al estallar la Guerra Civil mi padre de origen francés ya estaba en España, se fue a la guerra voluntario combatiendo en varios frentes. Lo hicieron prisionero en Tremp, lo metieron en la cárcel y lo condenaron a muerte.

-¿Lo ejecutaron?
-La condena a muerte se la quitaron al conseguir hacer llegar una carta al cónsul francés de Valencia y en el año 1944 le concedieron la condicional. A partir de ahí mi padre se casa con mi madre, nazco yo y tres meses más tarde mi hermano. El 22 de abril de 1948 la Guardia Civil llega a nuestra masía, hay un enfrentamiento armado y mueren tres guerrilleros entre ellos Deseado, que era el que llevaba el periódico guerrillero.

-Duros orígenes
-Con esos antecedentes y viviendo en el mismo pueblo que habían matado a mi padre, mi infancia no fue nada fácil. Pero tuve la suerte de que exiliaran a un mando militar de la república, profesor de la universidad de Alcalá de Henares, el que cuando terminó la guerra llegó al pueblo y nos educó y formó a mucha gente, tomándome un cariño especial por razones obvias.

-¿Desde cuándo se concienció de la realidad existente?
-Desde que era un crío porque mi madre me enseñó a respetar a mi padre y nunca jamás le faltó a su memoria. Ella fue la gran victima de su tragedia, pero nunca se le ocurrió culparlo de nada, porque era muy consciente de lo que estaba haciendo y le apoyaba totalmente. Pero tampoco le echó nada en cara a la gente de derecha y del fascismo. Y con su ejemplo y con su trabajo mucha gente tuvo que agachar la cara de vergüenza al pasar delante de ella.

-A partir de ahí, ¿qué?
-Éramos muy pobres y empecé a trabajar en el campo cortando uva como jornalero con unos nueve años, cobrando 40 pesetas por día. Por la noche leía y con mucho esfuerzo saqué el bachillerato elemental y superior. Me metí en el comercio siguiendo los pasos de mi madre que era el de la fruta y verduras. Cuando tenía diecinueve años, decidí romper con todo marchándome a Barcelona estando un año trabajando en el Círculo de Lectores, dando el salto a Francia en busca de nuevos horizontes.

-¿Cómo le fue en Francia?
-Pedí trabajar en la Michelín y me hacen un test psicotécnico de esos. Tuve una entrevista personal en la que estaban presentes el contrametre del taller, un traductor español exilado de la república y el jefe de contratación. Me sometieron a un interrogatorio duro en el que me preguntaron, ¿por qué había ido a la Michelín y qué es lo que buscaba en la Michelin?

-¿Lo aceptaron?
-Les expliqué la historia de mi padre llegándoles al alma. Que tenía intención de sacarme la nacionalidad francesa. Y que mis ambiciones no eran otras que llegar a ocupar un alto cargo de la Michelin. Entré a trabajar en el peor trabajo limpiando y barriendo durante un mes, pero a continuación me mandan a montar ruedas de coches, que es un puesto de trabajo que para alcanzarlo un emigrante tenía que esperar de cuatro a seis años y un obrero francés de un año a dos.

-Supongo que su pronto ascenso no caería bien al resto de sus compañeros
-Eso provoca un aislamiento de mis compañeros y me quedo prácticamente sólo y aislado, porque la gente no entiende que tan recién llegado me asciendan de categoría. Pero llega una huelga muy fuerte en la Michelin y sin ser del sindicato me pongo en cabeza llevando la pancarta con el piquete de huelga parando la Michelin.

-¿Esa actitud hizo que sus compañeros lo aceptaran?
-Claro ya todo el mundo me quería. Porque ya era el obrero que aparte de tener un buen puesto en la empresa se ponía de lado de la huelga. Te diré que eso no me produjo ningún percance con la dirección de la Michelín. Es más cuando ya me había formado como obrero especializado y les digo que me voy porque necesito volver a espacios abiertos, lo entienden e incluso me ofrecen ir a la Michelín de España en Vitoria.

-¿Qué hizo tras regresar a España? -Hago el Servicio Militar, me dedico al comercio de la fruta y me eché una novia de la burguesía textil de Sabadell, pero la Guardia Civil cree que he montado algo serio, cuando lo que yo llevo en la cartera son poemas pero creen que son octavillas clandestinas y, que estoy en contacto con una célula en Sabadell.



-Estaba más fichado que yo por los aparatos represores de la actual democracia
-Contacté con un cura progresista y formamos la alianza de la iglesia antifranquista. Hicimos un ciclo cultural en el cine de Alcalá Xivert. A raíz de ahí ofrecí una conferencia sobre el Arte de estimar y tenía programada otra sobre el Miedo a la libertad, pero le metieron fuego al local. Y como tenía claro que a continuación me meterían fuego a mí me voy a Suecia y después a París.

-¿Con quién contactó en Francia?
-Cuando llegué a París iba muy radicalizado. Me inscribo en la Universidad y contacto con la célula Patiño del PC, estando militando el hijo de Santiago Carrillo. Teníamos reuniones con Manuel Azcarate y también conozco a Marcos Ana. Yo era Pepe “El Catalán” y pasaba las películas y abríamos debates. Me fui forjando y llegué a tener cierta responsabilidad en los movimientos antifranquistas en Paris. Entro en el partido después del proceso de Burgos y estoy hasta el año 1974 que regreso a España.

-¿Qué misión realizó nuevamente en España?
-Yo era un pequeño empresario con una librería. Me incorporo otra vez a la vida política y organizo un poco el movimiento sindical. Llevo la secretaría de Cultura del PC pero en el momento que se inicia la transición y el partido regresa del exterior y asume la dirección empiezan los desencuentros.

-¿Chocó con el partido?
-Choco y me enfrento con el aparato, proponiendo mi expulsión pero perdieron la votación. Tres meses más tardes en octubre de 1980 soy yo el que les digo hasta aquí hemos llegado. Antes hablé con Pilar Bravo y con la gente que conocía, a los que les dije que si hay que negociar con el PSOE se negocia si eso es la solución, pero se negocian posturas de fuerzas y no cada cual por su cuenta.

-¿Qué hizo a partir de ahí?
-Me retiré de la política porque no paso ni por la gatera y ni por el aro. Porque no acepto disciplina orgánica de gente que no van más que a medrar, a ocupar cargos, a meter zancadillas y a vivir del cuento de la política. Para mí la política es muy seria y desde entonces observo las cosas desde mi absoluta y total independencia. Sigo actuando a otros niveles escribiendo artículos de opinión y poemas contra el imperialismo... Y actualmente soy el Embajador en España del Movimiento Poetas del Mundo…