José Salguero Duarte
Lunes, 8 de abril 2013-04-07
Hace un par de meses aproximadamente,
en una de las tertulias a las que asisto e intervengo puntualmente cuando las
circunstancias por mi parte lo requerían, y en las que concurren personas de
cierta de edad y de distinguidos status sociales. Salió a relucir, que el padre
del actual Rey de España, pasó muchas penumbras económicas cuando se encontraba
en el exilio; escuchando decir que no tenía dinero ni para alimentar a sus hijos.
Lo anterior, es lo que se ha difundido
por activa y por pasiva de forma objetiva o subjetiva, para que se enterara o
no el poblacho de la situación económica tan crítica de los Borbones. Pero, sin
embargo, siempre pensé que don Juan y su familia en el exilio vivieron
muchísimo mejor, que muchos represaliados políticos por el franquismo, porque
continuamente los hubo y habrá poseedores de grandes fortunas, los que ayuden a
esa dinastía.
Pero lo que más me importunó de los
que comentaban desde sus ilustres elocuciones académicas universitarias o
castrenses de la pobreza de los Borbones, fue cuando uno afirmó con rotundidad
que tampoco tenía dinero el rey de España Juan Carlos I.
Recuerdo, que no me entró la risa, por
respeto a la edad de los autores de dichos comentarios, porque la Casa Real recibe de los
Presupuestos Generales del Estado anualmente sobre unos 8 millones de euros
aproximadamente, aparte de los presuntos tratos de favor, regalos, préstamos o
donaciones que pueda percibir.
Servidor, tras lo anterior sobre el
Rey, abandonó la referida tertulia política, para no seguir escuchando sobre
ese asunto, porque los hay quienes a estas alturas de tantos cocidos, aún
prosiguen sin ver las presuntas evidencias de los condimentos.
Porque, posicionarse y afirmar acerca
de la veracidad de las penumbras de los Borbones por parte de los referidos
ilustrados. Es como no reconocer tampoco que Juan Carlos I, es el Rey de España
por la gracia de Dios y de sus genes, así como, por el genocida general Francisco
Franco Bahamonde, que fue el que lo aupó por el año 1975 a lo más alto de la Jefatura del Estado.
Siendo aceptado como tal, por los padres del constitucionalismo, en la
transición que estaban cocinando, las formaciones políticas dominantes por
entonces; desde la agónica dictadura de Franco hasta desembocar en esta
monarquía parlamentaria.
Días posteriores, a la susodicha
tertulia, entregué una fotocopia relativa a
la publicación realizada a finales de septiembre del pasado año en el
diario The New York Times, en la que estimaban que “la fortuna de Juan Carlos I
es de unos 2300 millones de dólares (1800 millones de euros), aunque los
monárquicos incluyen en esa cantidad los bienes del Estado".
El asunto, por mi parte, acerca de la
riqueza o no de los Borbones quedó en ese punto hacia los tertulianos. Siendo
significativo, que un buen amigo que se encontraba en la tertulia, me aconsejó
hace unos días, que no comentara ni escribiera
más sobre esos temas, porque no me favorecían al crearme muchos enemigos.
Contestándole, que esa noticia referente al Monarca figuran publicadas en
periódicos digitales y en las redes sociales. Y que en este caso soy un mero
mensajero sobre lo que afirma The New York Times y lo que niegan los tertulianos.
Y como “el tiempo pone a cada cual en
su sitio", esos tertulianos monárquicos, así como servidor que no lo es y
menos juancarlista, estamos en el lugar que a cada uno nos corresponde. Porque
el pasado domingo 31 de marzo en el diario El Mundo, salió publicado el testamento
heredado hace unos veinte años por el rey Juan Carlos y sus dos hermanas.
Siendo la fortuna que al parecer poseía el conde de Barcelona, de unos 728
millones de las antiguas pesetas distribuidas en tres cuentas en Suiza, más
unos inmuebles por valor de un montante aproximado de 350 millones de pesetas.
La información del diario El Mundo
indicaba, además, que el Rey fue el mayor beneficiario en dinero con unos 375
millones de pesetas de esas cuentas. Siendo, por tanto, incierto que su padre
en el exilio no tuviera un duro ni su hijo Juan Carlos ahora tampoco, como ha
quedado demostrado en lo testado por el padre del Rey.
Este asunto de la herencia del Rey ha
provocado, que varias formaciones políticas, tras salir a la luz pública el
testamento, pregunten si en su día el Monarca trasladó su gran fortuna de Suiza
a España y, dónde tiene el Rey depositado el dinero heredado...
También, como consecuencia a los
escándalos que envuelven a ciertos miembros de la Casa Real , la Monarquía española toca
fondo, hasta el punto, que horas después de ser publicada la herencia que
percibió el Rey. El juez Castro, en un auto fechado el pasado 3 de abril,
imputó a la infanta Cristina por el caso Nóos y Aizoon.