No a la guerra en
Siria
“Los que necesitan activar guerras para vender el
armamento de sus industrias, hasta la fecha, se han comportado como alimañas
depredadoras contra la humanidad”.
José Salguero Duarte
Lunes, 9 de septiembre 2013
Me encuentro totalmente en el abismo de la
desesperación, como consecuencia del fuerte temporal interesado político, que
azota en estos días por la Bahía
de Algeciras, con motivo del conflicto maloliente entre Gibraltar y España, así
como por las restantes disputas existentes en el universo.
No puedo pasar por alto, como lo ha
hecho las Naciones Unidas hasta hace poco, sobre la tiranía genocida que está
llevando a cabo el régimen de Bashar al-Asad contra el pueblo sirio, atentando
ignominiosamente hasta contra los más débiles de su misma sangre. Habiendo
utilizado presuntamente armas químicas y toda clase de artimañas y tretas para
aplastar, humillar y exterminar a las corrientes políticas contrarias… a sus
dictados.
Por ello, perdido en la sombra de los
disparates habidos y por haber en esta jungla denigrante donde me hayo sin
encontrarme. No puedo por menos, que expresar, una vez más, mis temores sobre
este poderoso reino depredador de alimañas de diferentes pelajes con o sin
pedigrí. Jaurías no racionales, a pesar de que las leyes científicas y
naturales establezcan todo lo contrario.
Porque debo entender y entiendo, según
mis principios humanos y cívicos que, cualquier persona poseedora de algunas
luces y sentidos morales y éticos, no permitiría salvajismo alguno entre seres
humanos, como el que está ejecutado sin
temblarle el pulso al macho alfa de Siria. Habiéndose encendido todas las
alarmas en el planeta, como consecuencia de la opresión apocalíptica contra seres inocentes ajenos a
intereses mezquinos.
Por lo tanto, tras los aullidos
sonoros de Bashar al-Asad, comenzó hace meses con mil galimatías las
persecuciones. Circundando a las presas con tácticas muy definidas en
operaciones perfectamente coordinadas de ataques y de relevos, para ir minando la fortaleza del
objetivo, acorde con las prioridades bélicas, económicas o de cualquier otra
índole que se marcó.
Como respuesta a lo anterior, comenzó
las danzas del baile oficial internacional hace unos días, cuando Obama en la
reunión prebélica del G20 que mantuvieron el fin de semana pasado en San
Petersburgo, buscó aliados para que le apoyasen, consiguiéndolo. Estando a la
espera de que en estos días el Congreso de EEUU vote a favor o en contra de las
pretensiones bélicas del presidente.
Espero y deseo que Obama, se haya
pensado muchísimas veces y más aún, las consecuencias de sus decisiones bélicas
antes de ordenar apretar el gatillo; porque lo de Irak está presente en las
memorias, y la población mundial no soportaría otra masacre como la que
llevaron a cabo los impresentables sinvergüenzas Bush, Blair y Aznar contra el
pueblo hermano iraquí. Con el agravante, además, de que en esta ocasión, la
guerra no tendría su núcleo exclusivamente en Siria, sino que traspasaría
fronteras haciendo arder otras zonas de la tierra.
Por ello, como de lo que se debe
tratar primordialmente, es no derramar ni una gota más de sangre inocente en
Siria. Debe ponerse a disposición de un tribunal penal internacional, con todas
las garantías de las leyes a Bashar al-Asad y a los de su régimen. Hecho que
lamentablemente aún no se ha llevado a cabo tampoco con Bush, Blair y Aznar. Y
por ahí prosiguen campando estas criaturas
políticas dando lecciones de moral... a
pesar de que demostraron ser unos inmorales malvados.
Consecuentemente, espero y deseo, que los
motores de los bombarderos y de los buques de guerra americanos y de los
aliados, de ninguna de las maneras inicien su rugir en el ataque contra Siria,
porque “pagarán justos por pecadores”. Porque los que necesitan activar guerras
para vender el armamento de sus industrias, hasta la fecha, se han comportado
como alimañas depredadoras contra la humanidad.
Y, además, el tirano Bashar al-Asad y
toda su cúpula, ante cualquier bombardeo que sufran, se pondrán a resguardo en
los refugios para no sufrir daño alguno. Porque los animales más
poderosos, saben situarse ‘detrás de la
mata’ y hasta en el centro de la capa terrestre para protegerse. Pero los
débiles al ser más frágiles al no poseer ni medios, deambulan por los flancos
más vulnerables, siendo claras dianas.