Algeciras y sus colectores de aguas
fecales
"En Algeciras por no
haber, no hay ni depuradoras de aguas fecales”
José Salguero Duarte
Lunes, 12 de mayo de 2014
Diariamente,
cuando mis obligaciones me lo permiten, sin excusas ni pretextos. Para expulsar
las nocivas toxinas para la salud, dedico más de una hora a caminar por las
diferentes rutas del colesterol existentes en Algeciras. Ejercitando mi cuerpo
y mente en busca de un bienestar personal. Pero como esta ciudad donde resido y
donde pago los recibos e impuestos de la basura, contribución, alcantarillado,
circulación de vehículos… es reducida en número de habitantes y muy cortita en
otros muchos aspectos, nos conocemos de vista y de algo más todos.
Por
ello, los andarines, somos siempre casi los mismos, dependiendo cuando se
realicen las caminatas. Aunque, los hay quienes, en vez de llevar en su caja
torácica un corazón con o sin marcapasos. La empresa a la que pertenecen, y a
la que obedecen sin rechistar a pesar de las arbitrariedades, les ha colocado
pilas alcalinas, para que den más vueltas que los tiovivos en las ferias.
Salvo, cuando les toca el turno de centinela. Como puede ser el caso de un lacero al que denomino con
el sobrenombre de ‘El cura', al que lo
observo ofrecer 'misa' de paisano, hasta en una
esquina del Corte Inglés, frente al colector de aguas fecales.
Supongo,
por si por las cloacas se realizan desembarcos de `morruños' no fieles a su
sistema, y los tiene que bendecir con sus hostias consagradas. Comprobando, así
tan medioambiental, la contaminación excremental perruna existente. Porque
perros sarnosos los hay por todos los rincones con o sin pedigrí, sin que sus
dueños depuren las evacuaciones que se vierten a la redes inmundas comunitarias o cuando defecan en las calzadas
o aceras.
No
sé qué, es lo que tienen ciertos aguafiestas políticos para bendecirlos. Porque
a pesar de que se paguen los mismos o más impuestos que en la capital de los
reinos Borbónicos. Aquí poca contraprestación se recibe a cambio. Porque por no
haber, no hay, ni depuradora de aguas fecales. A pesar de que, casi todas las
formaciones políticas, por no decir todas, durante sus legislaturas desde el
comienzo de esta descafeinada y corrupta democracia, intentaron con mucha
palabrería, estando en la oposición, solucionar dicha pestilencia.
Pero
desde el poder ninguna de ellas ha hecho lo posible para solventar tanta
fetidez, a pesar de que, por ahí andan las criaturas tapándose las fosas
nasales. Porque cuando hay bajamar, el hedor que desprenden los colectores de
la antigua playa de ‘Los Ladrillos'. Es como para que el Rey, el Gobierno
central, el autonómico andaluz y el local algecireño con toda la oposición y
sus cortes celestiales de saltimbanquis y panderetas. Realicen sus secciones a
pecho descubierto y sin mascarillas. Para que se les cayera lagrimones
pestosos, de igual forma que se nos caen a muchos viandantes cuando pasamos por
allí a pié o circulando en vehículos.
Otro
asunto que me preocupa, es el alarmante estado en que se encuentran determinadas
calles y carreteras locales… al tener más boquetes que las arcas municipales de
muchos ayuntamientos. Desconociendo, si en Algeciras próximamente se va a rodar
una nueva versión de la película de Tarzán en la Selva. Porque hay
baches y socavones como para enterrar a la ‘Chita' y a todo el zoológico
político español. Aunque, es posible, que el Gobierno se saque de la manga otro
‘Plan E' como el del PSOE, para tapar tantos agujeros perjudiciales para la
salud de la democracia.
En
fin… sigo haciendo amigos sin necesidad de ello. Pero creo que, un concejal de
cualquier lugar, es presuntamente más de lo mismo, que el de Cuenca o el de
Madrid, independientemente de las siglas políticas a las que pertenezcan.
Porque cuando están en la oposición prometen a la población hasta juntar el
Cielo con la Tierra. Pero
cuando alcanzan el poder se olvidan de lo prometido.
Deseo,
estimado lector, a través de esta ventana a la libertad de expresión, que me
concede el diario independiente. Finalizar esta tribuna libre de opinión,
transcribiendo un chiste que me contaron hace un tiempo, que dice así:
“Una
maestra hizo una encuesta entre sus alumnos, sobre las profesiones de sus
padres. Uno le dijo que su padre era panadero, otros que eran albañiles,
electricistas…
Cuando le llegó el turno a
Jaimito, contestó que su padre trabajaba de noche en un club gays, donde los
hombres le daban dinero y hacía el amor con ellos. La maestra, sintió tanta
vergüenza que no sabía donde meterse. Pero,
aprovechando que Jaimito fue al baño, preguntó a los alumnos si era verdad lo
que Jaimito había dicho sobre la profesión de su padre. Contestándole uno de
ellos, --¡qué va, señorita!, porque su padre es político desde hace treinta
años y le da vergüenza decirlo--".