lunes, 19 de mayo de 2014

No votaré a los verdugos políticos de los pueblos


 
No votaré a los verdugos políticos de los pueblos
 

“Un político y su política, deber ser el espejo donde el pueblo se refleje por su luz, transparencia y claridad. Pero nunca lo más vil de la hipocresía, falsedad, mentira, engaño, estafa, atropello, manipulación y atentado contra los elementos básicos de toda población”

 


José Salguero Duarte
Lunes, 19 de mayo 2014



          A mi buzón de correos, remitidas por partidos políticos en sus pedigüeñas campañas electorales, me han llegado diferentes cartas solicitándome el voto para las elecciones europeas del próximo domingo 25 de mayo. La del PP, por una cara está firmada por el candidato Arias Cañete, la que comienza diciendo: “…Para quienes formamos parte del Partido Popular, el europeismo es seña de identidad. Por ello, llevar a Europa tu voz no sólo supondría una gran responsabilidad, sino también, como español, un honor”.

          Por la otra cara, viene firmada por el actual presidente del Gobierno español del Partido Popular, Mariano Rajoy, el que comienza diciendo: “Antes de nada quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerle personalmente todos los esfuerzos que estás realizando. En estos 2 años hemos adoptados medidas difíciles pero siempre tratando de ser justos y equitativos…”. Hasta ahí he podido leer, porque es indignante lo que dicen en la misma estos dos atilas políticos del pueblo español.         

          La carta o propagan da electoral del PSOE, viene firmada por Elena Valenzuela, candidata a estas elecciones europeas por esa formación españolista de centro izquierda. Llamándome la atención lo que dice: “Los socialistas queremos ganar estas elecciones para la gente que más ayuda necesita…”. Preguntándole: ¿Por qué no los ayudasteis cuando gobernabais en España o en Europa en anteriores ocasiones? 

          Willy Meller, candidato por Izquierda Unida a estas elecciones europeas dice: “Sabemos que la mayoría estamos pagando injustamente la crisis y que algunos la están aprovechando para quitarnos derechos que, como pueblo, nos  ha costado muchos conseguir… Derecho a un trabajo, a la educación, a la sanidad, a decidir si tener o no hijos y a repartir mejor la riqueza que entre todos y todas creamos”. Excelente, os diría Meller, ¿pero por qué en Extremadura, apoyáis y gobernáis  con el Partido Popular?, que es la formación que en estos 2 años ha llevado a cabo contra el pueblo español, esas injustas medidas y muchísimas más. No lo entiendo, porque, sin embargo, en Andalucía gobernáis con el PSOE. ¿Eso como se digiere? Y ¿Dónde está el poder de la gente o de los votantes de la izquierda que os votó? 

          Otra carta electoral, es la de Unión Progreso y Democracia, la que viene firmada por el candidato de esta formación, Francisco Sosa, la que dice: “…me presento ante usted como un jurista cualificado por mi condición de catedrático de Universidad y autor de muchos libros tanto jurídicos como históricos y de ensayo. Concibo pues mi dedicación a la política dentro de Unión Progreso y Democracia como un compromiso noble con un programa, y en especial, con la defensa de una España unida. No en balde el lema de nuestra campaña electoral es precisamente –La unión hace la fuerza-…”. No seré el que te ofrezca, catedrático de pacotillas,  mi grano de arena electoral, porque es lamentable, que tú como catedrático titulado digas esa barbaridad en tu campaña electoral, privando la libertad de determinados pueblos que cohabitan en España, teniéndote que recordar que, La Constitución española vigente de 1978 dice que, “España se constituye en nacionalidades y regiones”. 

          Ya por último, recibo un sobre verde  de envíos postales de propaganda electoral del Partido Andalucista que dice: “Defiende Andalucía”. Y, en su interior, me encuentro la propaganda con el candidato de esa formación, Hermenegildo González y los siguientes slogans: “Defender Andalucía, por una agricultura productiva y de calidad. Por nuestra pesca y su industria. Por una sanidad para todos digna. Por el turismo andaluz. Para mejorar nuestras infraestructuras. Nuestra cultura es un valor en alza. Con una educación pública y de calidad. Por el fin de la inmigración demonizada. Defender Andalucía, es exigir un plan de empleo prioritario para Andalucía…”. Me meo y no puedo seguir leyendo más lo que dicen estos andalucistas y nacionalistas andaluces de media rosca, porque tiene menos fuerza que una gaseosa sin tapón.  

          Por todo lo anterior y muchísimos más, tengo clarísimo que, a mis verdugos políticos, jamás los votaré, porque más mentiras no caben en esta pantomima de democracia española. Por lo tanto, en las elecciones europeas del próximo domingo 25 de mayo, tampoco depositaré mi voto a favor de ellos, porque “al enemigo ni agua”. Por lo que, intentaré con mi papeleta, botarlos democráticamente de sus poltronas, por las muchas presuntas fechorías políticas y de diferentes signos que han cometiendo contra el pueblo español. 

          Aunque, lamentablemente, ciertos muchos ‘ilustres’ y menos ‘ilustres’ de la política, se han preocupado de hacer de la política su profesión y oficio, al poder ejercer dicha labor cualquiera con menos luces que el rucho de mi compadre. Y al ir todos a una, que no es otra que, por su España y olé. Procuran a través del tráfico de influencias y de otros muchos chanchullos que se cocinan ejerciendo la política… tener muy bien abrigadas sus barrigas, para evitar penurias y calamidades el resto de sus días…

          Usted, estimado lector, cuando vote el domingo, hágalo según le dicte su conciencia y honor de acuerdo a cómo le haya ido con ellos. Pero es evidente, según está la política española, que se ha de votar para alcanzar el bienestar común de todos los habitantes de los pueblos que cohabitan en esta autonómica y plural España, antes que el bienestar individual cazoletero. Porque los que salgan elegidos, serán y representarán lo que usted decida en las urnas.

          Por ello, deberá tener muy presente que, algunos de los elegidos en anteriores comicios, tras jurar cumplir y hacer cumplir las leyes sobre la Biblia o encima de un cacho de papel. Desde sus poltronas con despachos muy bien amueblados y aclimatados, nos la metieron doblada y sin vaselina. Habiéndose llegado a ser lo que es esta presunta España de escarabajos y cucarachas peloteras, gracias a la elección electoral que se hizo. Así que, vuélvalos a votar porque para el 2015 han anunciando que bajarán los impuestos y crearán los puestos de trabajo que prometieron si ganaban las elecciones generales pasadas.  

          Y como a partir de ya, todo será jauja en España. Ni Arias Cañete ni Valenzuela, ni los demás candidatos… tendrán por qué comerse más yogures caducados, ni los pobres tendrán que acudir a los contenedores para rebuscar de la basura alimentos pasados de fecha o en mal estado. Ni tampoco irán a Cáritas para ser socorridos de  la hambruna, como la que azota a los millones de parados existentes en  esta hipócrita España de crucifijos, mantillas y peinetas.

          Por lo tanto, los poderes políticos gracias a usted, son los abanderados de esta sociedad de la Marca España. Así que, actúe en consecuencias, para que después de estas elecciones europeas, no vuelva a quejarse diciendo que “todos son iguales”. Porque no es así, ya que unos son presuntamente más o menos que los demás. Debiéndole recordar que, España, hasta ahora y desde que se abrió la veda al inicio de este periodo constituyente, está colmada de rateros de cuello blanco. A los que les importa un rábano la salud, educación y bienestar de usted y de los suyos. 

          Consecuentemente, pienso y creo que, un político y su política, deber ser el espejo donde el pueblo se refleje por su luz, transparencia y claridad. Pero nunca lo más vil de la hipocresía, falsedad, mentira, engaño, estafa, atropello, manipulación y atentado contra los elementos básicos de toda población. Siendo actualmente los pueblos españoles cristales rotos en manos de los gobernantes de todas las ideologías reinantes en esta presunta España política amoral, cínica, fascista, depredadora, conspiradora y represora de los derechos humanos más primordiales.

          Por ello, salvo fuerza mayor que me lo impida, el domingo iré a depositar mi voto. Pero se lo entregaré a aquella formación, cuya bandera no esté manchada de sangre, de procesos judiciales ni de sentenciados por tortura, saqueos, mangoneos, extralimitaciones y violaciones de las leyes y demás tropelías inquisidoras del poder mercenario y fáctico del capitalismo más burdo y cruel. A los que hay que botarlos de sus sagrados prostíbulos hasta a latigazos democráticos, emulando a Jesucristo cuando expulsó a los mercaderes del suyo sin contemplación alguna. Porque la corruptela política existente actualmente, es la peor plaga que le puede caer encima a las nuevas generaciones y a la población en general.

          No deseando, para finalizar esta tribuna, que con mi actitud democrática, que quepa la posibilidad de acercarme a la postura del periodista y político francés, George Clemenceau, el que dijo: “Cuando un político muere, mucha gente acude a su entierro. Pero lo hacen para estar completamente seguros, de que se encuentran de verdad bajo tierra”. Ya que, no le deseo la muerte a nadie. No obstante, les deseo que descansen en su paz interna y externa. Amén.