1º de Mayo ‘Día Internacional del Trabajo’
“He de ser justo, porque el pleno empleo lo consiguieron
de forma vitalicia en España, ciertos
miembros de la Casa Real
y hasta políticos del ente oficial más insignificante en sus diferentes ramas y
allegados a través, de entre otras, la doctrina de la política andaluza y
española de los Cursos de Formación, EREs falsos, Gürtel, Nóos, tráfico de
influencias…”
José
Salguero Duarte
Domingo,
27 abril 2014
Cada 1º de mayo, se celebra el Día
Internacional del Trabajo. Efeméride en la que se reivindica los derechos
laborales de los trabajadores, de acuerdo al artículo vigésimo tercero, de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, que dice:
“1º) Toda persona tiene derecho al trabajo, a
la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de
trabajo y a la protección contra el desempleo.
2º) Toda persona tiene derecho, sin
discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3º) Toda persona que trabaja tiene
derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria que le asegure, así como a su familia, una asistencia conforme a
la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualquier otro
medio de protección social.
4º) Toda persona tiene derecho a
fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”.
Por su parte, el artículo vigésimo
cuarto de dicha declaración universal establece también que: “Toda persona
tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”.
La Constitución española de 1978,
sobre el derecho al trabajo, lo tiene contemplado en su artículo trigésimo
quinto que dice:
“1º) Todos los españoles tienen el
deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u
oficios, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente
para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso
pueda hacerse discriminación por razón de sexo...”.
En cuanto, a la Comunidad Autónoma
Andaluza, el derecho al trabajo de todos los andaluces, lo recogió en su primer
estatuto, firmado en Baqueira Beret por
SM el rey Juan Carlos I, el 30 de diciembre de 1981, cuando se encontraba de
vacaciones esquiando con su prole. Diciendo el artículo duodécimo lo siguiente:
“Apartado 3º) La Comunidad Autónoma de Andalucía ejercerá
sus poderes con los siguientes objetivos básicos:
1.) La consecución del pleno empleo en
todos los sectores de la producción y la especial garantía de puestos de
trabajo para las jóvenes generaciones de andaluces.
3.) El aprovechamiento y la
potenciación de los recursos económicos de Andalucía,
como su agricultura, ganadería, minería, pesca, industria, turismo; promoción
de la inversión pública y privada, así como la justa distribución de la riqueza
y la renta.
4.) La superación de las condiciones
económicas, sociales y culturales que determinan la emigración de los andaluces
y, mientras ésta subsista, la asistencia con los emigrados para mantener su
vinculación con Andalucía. En todo caso, se crearán las condiciones
indispensables para hacer posible el retorno de los emigrados y que éstos
contribuyan con su trabajo al bienestar colectivo del pueblo andaluz.
7.) La superación de los desequilibrios
económicos, sociales y culturales entre las distintas áreas territoriales de
Andalucía, fomentando su reciproca solidaridad.
10.) El desarrollo industrial, como
fundamento del crecimiento armónico de Andalucía.
11.) La reforma agraria entendida como
la transformación, modernización y desarrollo de las estructuras agrarias y
como instrumento de una política de crecimiento, pleno empleo y corrección de
los desequilibrios territoriales.”.
Hasta aquí sigo copiando literalmente,
lo que dispusieron los políticos acerca del derecho al trabajo y a la
protección y promoción del mismo. Porque, no sé usted, estimado lector, pero
servidor se encuentra subiéndose por las paredes, en estos momentos que crea
esta tribuna de opinión referente al ‘Día del Trabajo’. Porque de lo plasmado,
los políticos andaluces, no han cumplido casi nada, para la creación de empleos
ni para la protección de los emigrados.
Aunque, he ser justo, porque el pleno
empleo lo consiguieron de forma vitalicia en España, ciertos miembros de la Casa Real y hasta
políticos del ente oficial más insignificante en sus diferentes ramas y
allegados a través, de entre otras, la doctrina de la política andaluza y
española de los ‘Cursos de Formación, EREs falsos, Gürtel, Nóos, tráfico de
influencias…’. Resultando inexistente la justa distribución de la riqueza y de
la renta entre todos los españoles. No afectándoles crisis alguna a la banca,
al capitalismo y a ciertas castas sindicales y políticas opresoras e
hipócritas… Aunque, para su deshonra quedarán marcados por sus fechorías,
‘pelotazos’ y procesos judiciales en los que estén inmersos.