“Tarde entre
dos aguas, con reses justas de fuerza y de bravura”
José Salguero Duarte
Domingo de Resurrección, 20 abril
Málaga
Como estaba anunciado, se celebró en ‘La Malagueta ’, la corrida
del Domingo de Resurrección, en un mano a mano entre los espadas ‘Morante de La Puebla ’ y Julián López ‘El
Juli’. Colocándose en las taquillas el cartel de ‘Completo’, Aunque, apuntaría
que sin apreturas. En tarde entre dos aguas: la caída atmosféricamente antes y
en los primeros compases del festejo y, la aguada por las reses de diferentes
ganaderías justas de raza, casta, bravura y fuerzas. Pero, eso sí, dulces como
los melones de almíbar. No siendo las siete que salieron al ruedo para menos,
porque los veedores de los matadores la habían minuciosamente seleccionado para
que triunfaran sus figuras.
No celebrándose, por tanto, el sorteo reglamentario de la
mañana. Pero esto es lo que hay, al “no haber más leña que la que arde”. Porque
ellos lo dispusieron así, con el visto bueno de la autoridad competente. Pero
en el momento de la verdad, sus toros elegidos descompusieron sus objetivos. No
triunfando ninguno de los dos como esperaban y deseábamos, porque por no dar no
dieron ni una vuelta triunfal al ruedo. Aunque, “menos da una piedra” de la
cantera de Despeñaperros. Porque los hay quienes salieron muy satisfechos.
Aunque, a otros les supo a poco.
El piso de plaza fue acondicionado por los areneros,
comenzando el festejo con alrededor de diez minutos sobre el horario previsto.
Dejándolo aceptablemente para realizar el toreo. No siendo la causa para que
muchos de los morlacos hocicaran en el mismo, durante diferentes fases de la
lidia.
En cierta ocasión no coincidió el toro anunciado en la
tablilla sita encima de chiqueros, con el de la tablilla que el empleado de
plaza anunciaba en el centro del albero.
‘Morante de La Puebla ’, según la tablilla colocada
encima de chiqueros, salieron, en primer lugar uno marcado con el número 60 de
497 Kg., al que nada le pudo hacer con el capote al flojear. Arreciando las
protestas cuando lo puso al caballo de picar, siendo devuelto por la
presidencia. No estando el torero conforme con dicha decisión.
Posteriormente salió uno marcado con el número 54 de 528 Kg.
Lanceándolo con su gran aroma provocando los primeros olés de los tendidos.
Quite de ‘El Juli’ con mucha torería y verdad, siendo ovacionado. Replicándole
el de La Puebla
con desigual fortuna. En la faena de muleta, Morante, hizo con la torería tan
personal que atesora bellas estampas taurinas con esa exquisitez sólo al
alcance de él. Lástima, casi entera al segundo intento, aviso. Si hubiera
acertado le corta la oreja. Pero se tuvo que conformar con saludar desde el
tercio.
Al tercero, marcado con el número 93 de 520 Kg. , no sirvió
ni para su capote y muleta. Silencio.
Al quinto marcado con el número 34 de 532 Kg. Lo saludó con
el capote muy amorantao en varios lances retorciendo las muñecas. Fue mal
picado. Con la muleta lo toreó al ralentí al embestir al paso sin acometividad
repetitiva del toro, sino a paso lento como las procesiones, haciendo más
paradas el toro que el tren de los años setenta que iba de Algeciras a Ronda.
Pero como el diestro quería agradar y justificarse, le sacó muletazos con mucho
sabor, con esas posturas tan personales, pero sin la transmisión necesaria por
parte del toro, para que alguien emocionado en los tendidos, se arrancara con
un fandango, para que se me cayeran lagrimones de alegría torera. Pero no fue
así, porque tras finiquitarlo recibió ovación tras aviso.
Julián López ‘El Juli’. Siempre admiré a
este señor del toreo, porque tiene mucha casta y vergüenza. Demostrándolo
sobradamente esta tarde en ‘La
Malagueta ’. A su primero número 10 de 528 Kg. Estuvo
excelente con el capote tanto en los lances de inicio como en el quite por
chicuelitas ajustadas bajándole las manos, que le enjaretó para probarlo a la
salida del caballo. El toro acortó las distancias en ciertos encuentros a los
banderilleros. Pero el maestro, lo entendió a la perfección nada más iniciar la
faena de muleta, clavando las zapatillas en el albero, enjaretándole más de
media docena de muletazos si moverse provocando olés de verdad. Posteriormente
estuvo enorme cuajando una faena armoniosa con poder y mando, pegándose un
arrimón pasándoselo muy cerca, exprimiendo al toro hasta las últimas
consecuencias. Se le fue la mano con la tizona en la suerte suprema y le pegó
un feo bajonazo perdiendo las dos orejas, que le hubieran posibilitado la
salida por la Puerta
Grande. Gran ovación y saludos desde el tercio.
A su segundo lidiado en cuarto lugar número 136 de 502 Kg.,
nada le pudo hacer con el capote, no sirviendo tampoco para la muleta. Silencio.
Cerró plaza con el marcado con el número 47 de 559 Kg. Al
que fue a recibirlo con una larga cambiada a portagayola. Posteriormente
intentó torearlo con el capote pero el toro no quería pelea. Se inventó la
faena de muleta y lo fue metiendo en su canasta torera a base de tesón,
profesionalidad y oficio. Siendo reconocida la labor por los aficionados. Falló
con los aceros. Ovación con saludos.