Festejo del Domingo de Ramos en el
circo
romano-taurino o coso de Las Ventas
de Madrid
“Las
reses del ‘Puerto de San Lorenzo’
no servían ni para tirar de las carretas del
Rocío”
José Salguero Duarte (lunes, 14 de abril 2014)
Ya en mi casa (Algeciras), 22,00
horas después del festejo celebrado, ayer Domingo de Ramos 13 de abril, con
alrededor de un tercio de público en los tendidos en el circo romano-taurino o
coso de Las Ventas de Madrid. Quiero vomitar ciertas indigestiones sufridas
durante el trascurso del mismo. Siendo mucha la grima que le cogí a ciertos
aficionados fanáticos de Las Ventas. Al creer y entender servidor que, los
jóvenes espadas (Jiménez Fortes, David Galván y López Simón) estaban
sobradamente preparados, para lidiar y enfrentarse a los descastados
cornúpetas, que salieron por los chuiqueros, pertenecientes a la ganadería del
‘Puerto de San Lorenzo’…
Reses con unos huevos voluminosos
como los del caballo del ‘Espartero’, pero con una transparencia de casta y
bravura similar como los capados leones apostados en Las Cortes españolas.
Toros del ‘Puerto de San Lorenzo’ los que por no servir no servían, como apuntó
mi mujer “ni para tirar de las carretas de El Rocío”. Pero mucho menos para ser
lidiados en la que dice ser la primera plaza del mundo. Asunto o denominación
que no niego. Porque el ser o no ser en el toreo depende el 50% de ese coso
romano-taurino madrileño de la calle Carreta, del oso, el madroño y los
bocadillos de calamares de la
Plaza Mayor.
Pero el otro 50%, para ser alguien en
el toreo, depende de lo que se haga en la Real Maestranza de
Caballería de Sevilla. Quedándome, sin duda alguna, con ésta última plaza entre
las dos. No por andaluz que soy de pura cepa, sino por su aroma artística y
genuina historia. Y, además, porque en el coso hispalense, se les profesa a los
toreros el máximo de los respetos desde el místico silencio que se hace en la
plaza, mientras el espada realiza su trabajo profesional o artístico… Rugiendo
los olés de las profundidades del alma, como los ‘quejios’ flamencos de
Camarón.
Sin embargo, en el coso
romano-taurino de Las Ventas, esos determinados sabelotodo del toreo apostados
por diferentes tendidos. Acuden presuntamente a la plaza predispuestos a
tocarle el si bemol sostenido a más de uno, especialmente a los espadas
actuantes, al no haber sido educados a través de la esencia pura de la fiesta,
sino con lo más avinagrado que puedan poseer en las entretelas de la afición de
cada uno de ellos. Siendo la causa causante de que actúen de justicieros desde
su insensatez y absurdo, al querer mantener un toro denominado el de ‘Madrid’,
como los que salieron esta tarde tan descafeinados y con menos bravuras que
algunos cabestros de ‘Florito’.
¿Cómo queríais que le hicieran la
suerte de varas a esos ‘bisontes’ como marcan los cánones del toreo?, si hasta
enseñándoles la puya flojeaban más que la burra ‘Tomasa’ de mi compadre el Tío
Pericón, cuando está en celo. ¿Es que no comprendéis, que “lo que no puede ser
no puede ser y además es imposible”? Pero allá vuestra exigencias y afición,
porque si “sarna con gusto no pica”, a vosotros que imponéis esos tipos de
toros, tampoco os pica tanta desproporcionalidad antinatura…
Por todo lo anterior y mucho más, si
entiendo que los jóvenes espadas estaban preparados para enfrentarse a esas
descomunales reses que les tocaron en suerte. Para lo que creo que no estaban
preparados, sin duda alguna, así como bastantes matadores de toros habidos en
todos los tiempos. Es para asimilar las ‘embestidas’ disconformes de ciertos obtusos
‘fanáticos aficionados’ de Las Ventas. Los que haberlos los hay y hubo hasta en
la época facciosa, cuando Paca ‘La
Culona ’ reculaba montando a su jaco tordo, por los barbechos
del Pardo o desfilando por la
Castellana.
No extrañándome tampoco, que esos
aficionados y otros ‘doctos’ más del arte de Cúchares, al estar tan escasitos
de ver toreo a raudales del bueno en los festejos taurinos celebrados en las
temporadas de Las Ventas. Cuando suena la flauta y contemplan un par de tandas
de aquella manera medio ligadas, hasta se dan por satisfechos echando las
campanas al aire, después de haber visto desfilar a doscientas camadas
distintas por las isidradas.
Pero no seré yo el que vaya
nuevamente a presenciar otro festejo en directo a ese circo o coso
romano-taurino de Las Ventas ni regalándome las entradas… Ni tampoco perderé el
tiempo viendo las corridas a través de la televisión. Ya veré los resúmenes
cuando me lo sirvan en bandejas. Porque mi tiempo es muy preciado por mí. Y el
arte de lidiar y el de torear lo concibo desde otra perspectiva y óptica muy
diferentes a la de ellos y al de los regidores políticos de la Comunidad de Madrid… Al
preferir, servidor, un toro que tenga movilidad, hechura, presencia, armonía,
raza, bravura, leños, casta… Que ofrezca posibilidades para que se luzcan y
triunfen los toreros haciéndonos disfrutar contemplando sus obras… Y no un buey
descastados con alrededor de 600 Kg., sin el correspondiente motor para
desplazar a esas moles. A las que hay que cuidar desde que salen de chuiqueros,
porque al menor descuido al intentar hacerles las cosas bien bajándoles las
manos en los primeros lances, si no se rajan najándose a querencia como
hicieron muchos de esta tarde, ruedan por el albero como los diputados españoles
en el golpe del 23F de Tejero.
José Salguero en el tendido 8 de
Las Ventas
El sinsabor que me ha dejado el
espectáculo de ciertos aficionados ofrecidos en Las Ventas. Refuerza mi
convencimiento, aún más, de que, cuando voy a un coso taurino, procuro estar
sólo sin que ‘sabios’ del toreo condicionen a mi enrededor lo que capto en cada
festejo. Ya que intento disfrutar placenteramente de la cultura y del arte del
toreo a mi aire y forma. Por ello, nunca jamás acudo para sufrir o pasar un mal
rato, como los que pasé escuchando ciertos comentarios y el vociferar de
determinados energúmenos de Las Ventas. Porque a estas alturas de mis años,
disgustos pocos, ya que bastante tenemos con la que nos está cayendo, como para
que ciertos taurinos, no respeten ni la dignidad humana.
Dignidad humana y profesional, como
la demostrada por los tres jóvenes espadas. Destacando un significativo
proceder de López Simón, cuando le brindó su primer toro, tercero de la tarde,
tanto a David Galván como a Jiménez Fortes, en un gesto que le honra como
torero y como persona. Joven espada madrileño que le salieron algo mejor las
cosas, saliendo reforzado esta tarde, al tener la fortuna de poderle ligar
varias tandas al sexto.
Jiménez Fortes, sin embargo, sufrió
una grave cornada, cuando su vergüenza torera, lo hizo que se pusiera delante
del sexto en un quite, con tan mala fortuna de sufrir dicho percance. Quite que
una figura no hubiera realizado nunca jamás, porque era mucho lo que se jugaba
en el mismo, como se la jugó este valeroso espada de la tierra de Picasso.
Y en cuanto a Galván, estuvo en la
línea de sus compañeros. Pero por su afán de apurar la faena de muleta al
máximo con el descastado ‘Cardilisto’, le ocurrió lo de los tres avisos,
derrumbándose todos sus sueños de esta tarde en escasos minutos. No siendo
tampoco bravo ni encastado, sino todo lo contrario, el que le tocó en suerte en
quinto lugar. Pero tengo la firme esperanza, de que un día la diosa fortuna le
pondrá en su camino un ejemplar de tronío en uno de estos dos cosos, con el que
alcanzará el triunfo que se merece como Jiménez Fortes y, demás espadas de la
misma valía y catadura moral y profesional.
Para finalizar, rendir en este 14 de
abril, un respetuoso recuerdo y sentido homenaje a los profesionales del mundo
del toro con ideales políticos republicanos… Que fueron victimas de la
represión más repugnante y atroz de la España oficial en diferentes etapas…. Como fue el
caso de los banderilleros, Galadí y Arcollas, vilmente asesinados en la
dictadura de Franco en la madrugada del 19 al 20 de agosto de 1936, junto al
profesor de primera enseñanza el humanista Dióscoro Galindo y al insigne poeta
Federico García Lorca.
Por
ellos y para ellos, mi poema titulado ‘Catorce de abril’, perteneciente a mi
poemario ‘Setenta y cinco lunas’, que dice así:
Catorce de abril, un día del año.
Catorce de abril, blanco o negro.
Catorce de abril, martes o miércoles.
Catorce de abril, dulce veneno.
Catorce de abril, su cumpleaños.
Catorce de abril, el gran recuerdo.
Catorce de abril, sólo un deseo.
Catorce de abril,
republicano.