Recolectamos lo que sembramos
en
nuestro caminar diario
“Tardarán décadas, para que
un nuevo amanecer florezca para las clases trabajadoras, porque se han llevado
lo habido y por haber en muchos años”
José Salguero Duarte
Lunes, 01 de septiembre
2014
A lo que le contesté: --Creo que, la primera norma del
periodismo es hacer la foto y después lo demás, porque la denegación de
auxilios está penado por la ley en España--, le dije. Y no me gustaría hoy, que
me pillaran con los pantalones bajados, lo mismo que a Amador Mohedano (hermano
de la Jurado ),
jiñando en una playa de Chipiona (Cádiz), sin lavarse el mojino tras defecar.
Comprendo que, un apretón le brota a cualquiera, habiéndome
limpiado en el campo de batallas hasta con una piedra. Pero “el que juega con
fuego se quema”, ya que la prensa del corazón… no tiene piedad, con tal de
hacer buena audiencia creando polémicas, con los personajes que viven a través
de ese periodismo verdulero, que tanto gusta a un sector poblacional…
Por ello, a pesar de no haber nadado nunca, servidor, a
favor de las corrientes políticas, sino todo lo contrario y a pecho descubierto
en solitario. En esta significativa ocasión, con el o los náufragos políticos,
haría lo propio de toda persona civilizada y de bien. Y tras poner mi cámara
fotográfica a buen recaudo para que no se me mojara. Les acercaría, en una
botella de cristal herméticamente cerrada, las normas básicas de primeros
auxilios, para que se empaparan al pie de la letra cómo salir a flote.
No obstante, espero no encontrarme en esa encrucijada,
porque si son más de uno los que tengo que salvar a la vez. Tendría que ‘echar
a pelón’, para saber a quién tenía que socorrer primero. Porque me saltaría por
el arco de mis fandangos el orden jerárquico, siendo el jefe de la banda al que
dejaría en último lugar. Porque él, sus ministros, lugartenientes, adláteres y
el resto de tragaldabas afines. Tienen a millones de españoles con el agua al
cuello. Sin saber centenares de miles de familias, lo que es pasar unos días de
vacaciones en esta época estival. Como las que han gozado ellos y los suyos a
cuerpo de rey por medio mundo y parte del otro. Ya que, el horizonte que les
espera a los desamparados, de la mano de Dios y de muchos políticos españoles
de las diferentes siglas o castas, es muy tenebroso como consecuencias de la
hambruna, miseria, represión, abusos, discriminación y desigualdades que ha
impuesto arbitrariamente.
Aunque, los habría quienes se lanzarían al agua para
salvarlos, como sería mi caso, en caso de que me fallara lo ideado en mi
primera intentona. Porque me gustaría seguir viéndolos el resto de sus días
pululando por las calles en pelotas con una mano delante y otra detrás, tras
desalojarlos de sus mansiones, y obligándolos a que devolvieran todo el dinero
público…, que ha mangado a manos llenas, a costa de empobrecer y arruinar a
España cañí. Hasta el punto de que, se tardarán décadas, para que un nuevo
amanecer florezca para las clases trabajadoras, porque se han llevado lo habido
y por haber en muchos años.
Consecuentemente,
desde que fui consciente de la significación de las declaraciones efectuadas
por Carlos Solchaga, ministro de Economía y Hacienda, del Gobierno estatal
socialista de Felipe González ‘Isidoro’, sobre el enriquecimiento fácil de
algunos desde el poder. No me sorprendió
en esa y otras posteriores etapas y hasta nuestros días que, se reprodujeran
como ladillas por cualquier rincón de los pueblos y ciudades españolas, una
gran cantidad de mediocres sin oficios ni beneficiosa que, hicieron de la
política su profesión y oficio. Con el fin de servir al pueblo, y de paso, los
desvergonzados y ruines, enriquecerse en un corto periodo de tiempo. Llevándose
en A o en B las pesetas, euros o ‘manteca’ a manos llenas a través de las
especulaciones urbanísticas, tráfico de influencias, impuestos mafiosos, malversaciones
de caudales públicos, cohecho y con otras mañas.
Y como llevo por doctrina que, al político respetable lo
respeto, pero a los otros los combato. Es lo que hago, nuevamente, con la roja
tinta de mi estilográfica, desde este medio que me permite expresarme sin
censura alguna.
Preguntándome, ¿qué respeto les puedo tener a esos rateros,
tiranos y gángsteres de la política…? Absolutamente ninguno, al no merecerse,
por mi parte, ni el sol que les alumbra.
Porque donde deberían estar es en zahúrdas como los cerdos sin agua ni
luz, pringados no de dinero, sino de purín hasta las cejas.