José Salguero Duarte
Jueves 08-04-2010
http://salgueroduarte.artelista.com/
Frecuentemente gente de distintas capas y status sociales, me proponen que escriba sobre un determinado asunto. Y no se imaginan el rebote tan impresionante que pillo, al ser ciertas peticiones superiores a mis fuerzas. Porque hay que tener muy poca casta, hombría y raza, para pedirle a alguien que haga lo que no se atreven a hacer.
Pero, como me enseñaron que debo ser respetuoso, siempre escucho lo que me dicen. Y, hasta cuando me resquebrajan las fibras sensibles, debo ser prudente para no deflagrar palabras malsonantes contra ciertos cobardes pestilentes.
Aunque, algunas veces según de quién se trate, sin salirme del pentagrama educadamente contesto: -Deberías con nombre y apellidos, escribir lo que quieres que haga por ti, en vez de permanecer escondido detrás de la mata-.
Estimados lectores, al estar de vuelta en esta vida con los deberes totalmente hechos. Esas actitudes gallináceas me hacen recapacitar con bastante frecuencia, si me merece la pena este compromiso voluntario adquirido, escribiendo en solitario de frente y por derecho por y para el bien de la comunidad en general.
Y cuando me surgen esas dudas las comento con personas muy allegadas aconsejándome: “Alguien lo tiene que hacer”. A los que respondo:--Mi vida está condenada a escribir lo que muchos no se atreven--. Por consiguiente, por mi forma de hacerlo, me tienen tirrias desde muchos flancos ovejeros y corraleros.
Ya en ciertas ocasiones comenté en varias tribunas a lo largo de estos años, que no es fácil encontrar un medio de comunicación, que me permita expresarme desde la absoluta libertad, como me lo ha permitido El Faro Información.
Comencé en cartas al director de Europa Sur siendo su director Jorge Bezares. Pero como me rebosó su talante periodístico, me marché no diciéndole ni adiós negándole el saludo. Actitud que empleo frecuentemente con la gente que se cree ser alguien. Pero si escarbas en sus políticas, es posible que encuentres algún mohíno escocido.
En esa etapa escribía a la vez en distintos foros de internet e inmediatamente comencé a colaborar con El Faro Información, siendo el director José María Bel. Y desde ese primer día ni Bel y ni los posteriores directores que tuve, los excelentes periodistas y mejores personas Pedro García, Manuel Gutiérrez y Jesús Cabaleiro jamás me marcaron directrices. Pero mucho menos me censuraron ni una coma en mis cientos de colaboraciones tanto en tribunas, reportajes, entrevistas, crónicas taurinas etc.
Y es por lo que entregué todo de mí, por la dignidad de ellos y de los muchos jóvenes profesionales, que han ejercido el periodismo contra vientos y mareas en estos años en El Faro Información. Por consiguiente, una vez más agradezco el talante humano, profesional y democrático que tuvieron desde los directores y hasta el último periodista de El Faro, no sólo hacia mi persona sino hacia la libertad de expresión.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Española, consagran a la libertad de expresión como un derecho. Pero frecuentemente es violada por la mezquindad de los mediocres. Pero ella, la libertad, a la que muchos desean pero la maltratan por pingües intereses. Se sobrepone a todas las acometidas y adversidades de los libertinos y parásitos de esta sociedad corrupta y palanganera.
Por lo tanto, a quien corresponda le digo, que seguiré escribiendo con mis señas de identidad tan personales. Y a los abanderados del libertinaje fascista, encunados en las ubres de los pesebres de la democracia española. Se equivocan si creen que voy a hacerles el juego arrojando la tolla, al ser lo que pretenden en situaciones puntuales.
Y como siempre me situé a la otra orilla de los poderes establecidos. Ahí seguiré respetando al político honorable, pero combatiendo al impresentable a través de la libertad de expresión. Ya que deben ejercer por y para el pueblo y no para sus intereses, los de su familiares, colegas y de sus siglas políticas…
