sábado, 10 de diciembre de 2011

10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos


Libertad, óleo sobre lienzo de José Salguero Duarte





José Salguero Duarte

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones, aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por consiguiente, el sábado 10 de diciembre de 2011, se cumplen sesenta y tres años de dicha proclamación. Pero desde sus inicios y hasta la fecha, tanto el preámbulo como los treinta artículos que la componen, lamentablemente no han tenido ni la difusión ni el obligado cumplimiento deseable.

Aunque, desde esta ventana de libertad aporto mi modesta información, difundiendo las bases de nuestros derechos, porque el desconocimiento y el menosprecio hacia los mismos están más que extendidos y originan: “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad".

Debemos ser conocedores, estimado lector, que el espíritu de la Declaración de los Derechos Humanos es que “los seres humanos nacemos libres en igualdad de condiciones, dignidad y derechos. Y dotados como estamos de razón y conciencia debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros".

Por lo tanto, no concibo, como alguien actualmente por consaguinidad desde el vientre de su madre, ya esté destinado para mandar o reinar a todo un pueblo, sin habérselo ganado por méritos propios en el transcurrir de sus días en esta vida, sino impuesto por dictados, castas y realezas; saltándose por ahí mismo, los principios básicos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Ya que, toda persona, tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos sin distinción de raza, color, sexo, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o en cualquier otra situación.

Por ello, todo individuo según esta Declaración Universal tiene derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad de su persona, sin que nadie pueda ser sometido a esclavitud, servidumbre, torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes. Tampoco podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado ni será objeto de ingerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación... Además, toda persona acusada de un delito tiene derecho a su presunción de inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. Y a ser oída públicamente por un tribunal independiente e imparcial.

En cuanto a la libre circulación, se tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y a regresar. A la libertad de pensamiento, opinión y de expresión. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de poderlas difundir sin limitación de fronteras por cualquier medio de expresión. Apartado este último anterior que tampoco se cumple totalmente en el mundo, al existir una censura y guerra subterránea maligna y depredadora contra esos derechos.

Toda persona tiene, además, derecho a la reunión pacífica, a la seguridad social, al trabajo sin discriminación alguna y a una remuneración equitativa y satisfactoria que asegure así como a su familia una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualquier otro medio de protección social.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en los artículos 24 y siguiente dice entre otras cosas, que toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable del trabajo y a unas vacaciones periódicas pagadas. A un nivel de vida adecuado que le asegure así como a su familia la salud, el bienestar y, en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica, los servicios sociales necesarios. Se tiene derecho a seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes a su voluntad…

Sin embargo, creo, que a pesar de lo plasmado, en el planeta saltan a diario a la opinión pública, hechos deleznables atentándose contra la dignidad humana. Y según las memorias anuales de Amnistía Internacional, “continúan denunciándose casos de torturas y otros malos tratos…".

Pero afortunadamente para la humanidad, Amnistía Internacional y otros entes similares permanecen vigilantes ante toda clase de torturas, extralimitaciones y abusos que se producen en cualquier rincón de las ciudades y pueblos del planeta.

Siendo una de esas personas que sufriera la opresión fascista y sanguinaria, la periodista y activista defensora de los derechos humanos, Anna Politkovskaya. Siendo asesinada vilmente el 7 de octubre de 2006, por investigar crímenes rusos cometidos en Chechenia, siendo el presidente de Rusia, por entonces, Vladimir Putin.

Y a ella, por su gran dignidad periodística y humana, le dediqué mi pintura al óleo sobre lienzo titulado: Censura. Porque cuando me enteré de su asesinato, me encontraba plácidamente pintando un paisaje lleno de luces. Y al estremecerse el alma al recibir la luctuosa noticia. Se me oscureció inmediatamente la luminosidad en que me encontraba, emborronando lo que estaba haciendo; creando esta referida obra Censura, la que cedí hace varios años al Ateneo ‘José Román' de Algeciras presidido por Juan Emilio Ríos; permaneciendo colgada en unas de las paredes de la sede.