lunes, 8 de julio de 2013

David Galván corta la única oreja en la corrida de Marbella de domingo 7 de julio


 
 

Dos grandes faenas de David Galván en Marbella,
 otra buena de Castaño y de Vega

 

 

 

José Salguero Duarte
Marbella, 7 de julio 2013

 

          Con un cuarto de público en los tendidos, se celebró la corrida anunciada en el coso de Marbella, para los espadas Javier Castaño, ovación con saludo en ambos; Salvador Vega, silencio en ambos y David Galván, oreja con petición de la segunda y gran ovación saludando desde el tercio.

Se lidiaron reses pertenecientes a la ganadería de Las Monjas con muy buena presentación, hasta el punto, que muchos de los toros lidiados esta tarde en Marbella podían haber sido lidiados en plaza de primera y hasta en las de postín. Dieron un buen juego en líneas generales menos el tercero y sobre todo el quinto que fue un chulapón con dos buenas perchas que no permitió ni un capotazo y ni un muletazo.

La media docena de músico hicieron sonar sus instrumentos bastante bien, destacando cuando interpretaron el pasodoble ‘Capote de grana y oro’.

–El festejo




Javier Castaño, abrió plaza con el marcado con el número 57. Un excelente ejemplar con trapío y presencia en el coso, el que podía haber podido salir por cualquier chiquero de una plaza de primera. Lo toreó con el capote con media docena de verónicas y remate con muy bien son, escuchando palmas. Lo puso al caballo y le recetaron un puyazo. Hizo un quite por tafalleras y remate. En banderillas tanto Sánchez Martín como David Abdalid se desmonteraron, ofreciendo un gran tercio de los que crean afición. Con la muleta, el diestro le brindó la faena al público. Estuvo muy bien sacando pases de gran calado y empaque, rematando con pases de pechos de pitón a rabo. De rodilla le enjaretó al bravo y noble animal un circular casi infinito. Para a continuación torearlo en vertical con circulares invertidos, a pies juntos… Aviso, falló con los aceros y perdió al menos una oreja. Pero recibió una gran ovación en el tercio del anillo. Siendo el toro aplaudido en el arrastre.




A su segundo lidiado en cuarto lugar marcado con el número 41, fue otro ejemplar para plaza de primera, pero no le permitió al torero que se luciera con el capote. Se fue al caballo a toda velocidad como un tren, siendo bien agarrado por el picador. Se cambió el tercio, y en banderillas de nuevo ofrecieron un gran tercio los banderilleros de Castaño saludando David Abdalid. En la faena de muleta lo intentó meter en sus derechazos y naturales con valor y maestría, pero el toro tenía un peligro ciego y a punto estuvo de echárselo a los lomos en varios ocasiones. Toro complicado con una embestida incierta con genio. Otro puyazo le habría quitado ese brío molesto que tenía al embestir. No obstante, Castaño, estuvo muy firme con el de Las Monjas que escarbaba estando a punto de rajarse pero el torero le dejaba la muleta puesta. Con ejemplares similares y muchos peores se ha enfrentado en otras tardes saliendo airoso. Tras fallar con los aceros, saludó desde el tercio.




Salvador Vega, a su primero lidiado en segundo lugar marcado con el número 27, lo veroniqueó ganándole terrenos, rematando con una revolera siendo aplaudido. En el caballo descabalgó al varilarguero. Víctor Nieto lidió bien y tanto Raúl Núñez como Galvin estuvieron acertados con los palos. La faena de muleta la comenzó flexionando las rodillas en cada muletazo, para proseguir con la derecha con muletazos metiendo los riñones. Por naturales sacó algunos de mucha calidad, pero volvió al otro pitón que era el bueno y exprimió al de Las Monjas con el pellizco que atesora con tanta torería. Tras fallar con los aceros, fue silenciada su labor. Recibiendo el toro en el arrastre algunas palmas pero muchos más pitos.



El quinto de la tarde, con muy buena estampa y mejores perchas astifinas, marcado con el número 29. Al ser un chulapón que no tragaba un capotazo ni un muletazo, Vega lo estoqueó pasando el toro al olvido sin más, siéndole los espectadores silenciada al torero su labor. (Le tocó elpeor lote).




David Galván.- a su primero lidiado en tercer lugar marcado con el número 78. De salida salió suelto de los chiqueros, pero cuando lo recogió, lo lanceó a la verónica y por chicuelitas bajándole las manos con mucha torería. Lo puso al caballo e Ignacio Duarte se agarró bien. En banderillas lidió Salvador Jiménez y tanto Álvaro Núñez como Rafael Limón estuvieron bien con los palos. La faena de muleta tras brindársela al público la comenzó a pies juntos rematando con uno de desprecio. Se distanció dándole sitio en una buena tanda. Sonó la música, pero el toro era un reservón de mucho cuidado que calamocheaba y escarbaba. El peor de la tarde hasta ese momento, hasta el punto, que cantó la gallina y se refugió en las cercanías de chiqueros. Pero allí Galván le hizo una meritoria faena para entendidos en esto, con pases de todas las marcas arriesgando en la larga faena, que terminó con manoletinas dándole los pechos con mucho embrujo. Aviso del usía, estocada, echándose el toro, se lo levantó el puntillero, otro aviso del usía, tardando en doblar. Oreja con petición de la segunda.




Cerró plaza con otro pedazo de ejemplar marcado con el número 34. Y de nuevo este joven torero estuvo enorme con una aptitud ante la res y andando por el ruedo con muchos deseos de hacer las cosas como marcan los cánones. Que es lo fundamental para poder triunfar en esta dificilísima profesión y más en los tiempos adversos que corren. Por ello, nada más salir el toro al ruedo se quedó muy quieto y lo lanceó de verdad con mucha solera tauromaca, escuchándose olés roncos y profundos. La faena de muleta se la brindó a media docena de grandes aficionados barreños. Y de nuevo compuso otra de sus sinfonías con muletazos, naturales y toda clase de pases que se puedan instrumentar de su cosecha con denominación de origen, escuchándose de fondo el pasodoble ‘Capote de grana y oro’. Levantando el torero al público de los tendidos en diferentes ocasiones echando humo las ovaciones. Faena larguísima escuchando un aviso. Después se cuadró y agarró un pinchazo tardando la res en doblar las manos, sonando otro aviso fallando con el verduguillo. Perdió las dos orejas y el salir por la Puerta Grande. Pero recibió una gran ovación desde el tercio.