viernes, 17 de junio de 2011
España huele a pólvora
Diputado catalán pidiendo auxilio
José Salguero Duarte
Viernes 17 junio 2011
Me extrañaba mucho que se siguiera permitiendo sin rechistar, tantos atropellos. Porque el desmadre político español, ha sido presuntamente de tal inmensidad, hasta el punto que mientras España se hunde los músicos siguen tocando lo mismo que lo hacían en el Titanic.
Siendo evidente, que determinados gobernantes aprovechándose del talante, nobleza y pasividad del pueblo español. Han actuando presuntamente hasta la fecha en este periodo democrático, no acorde a lo que le demandaba el pueblo, sino a espalda de la soberanía popular. Encontrándose España en una total decadencia con unos 8.000.000 de pobres.
Motivando tanta dejadez que el hambre, las miserias y las penurias no hayan podido más. Y, a través de las redes sociales brotara el movimiento 15-M. Movimiento, el que con su cívica actitud inicial traspasó fronteras. Porque cuando el pueblo habla civilizadamente tiemblan los poderes. Y aquí en España debido a que nos encontrábamos en puertas de unas elecciones municipales y autonómicas, intentaron prohibir las concentraciones. Pero no lo consiguieron por temor a que ciertas medidas represoras se les volvieran en contra.
Continuaron las acampadas en el transcurrir de los días. Y, a primeros de junio, un conocido abogado me preguntó “¿Qué opinas Pepe sobre la permanencia de las acampadas del movimiento 15-M". Siendo mi respuesta la siguiente: -Mi total apoyo y solidaridad al 15-M desde que brotó días antes de las elecciones municipales españolas del pasado 22 de mayo. Porque su sentir e indignación de lo que ocurre en España, es el sentir de gran parte de los españoles y no españoles".
Pero, continué diciéndole: -Por día que permanezcan las acampadas en las plazas de ciudades y pueblos perderá vigor y credibilidad. Por lo tanto, los campamentos deben ser levantados, para evitar como ha ocurrido en España en otras circunstancias y épocas, que intenten provocar la radicalización de ese movimiento, y así provocar en la población su total descrédito y rechazo-.
Lo que me temía, estimado lector, ocurrió hace escasas horas con los casos del alcalde de Madrid, con el oportunista coordinador general de IU Callo Lara, que se presentó en el barrio madrileño de Tetuán, para sumarse a ‘titulo personal' y como ‘ciudadano indignado' al desahucio de una familia.
Con lo que ocurrió el miércoles en el Parlamento de Cataluña, cuando sus señorías se dirigían para llevar a cabo un pleno y aprobar recortes sociales. Viéndose a diputados catalanes por las inmediaciones del parlamento pidiendo auxilio, siendo abucheados, acorralados, insultados, vejados y escupidos.
Teniéndose algunos que refugiar y otros para evitar la indignación del pueblo accedieron al parlamento en helicópteros. Tengo que reseñar además lo que le ocurrió al Príncipe de Asturias en una universidad de Madrid, siendo abucheado y tuvo que escuchar la frase: “Los Borbones a los tiburones".
Quede claro, que estoy en contra de toda clase de violencia. Pero a partir de estos lamentables hechos, el campar a sus anchas de nuestros gobernantes, como al parecer lo han venido haciendo en los treinta últimos años se les acabó.
Y, aunque España huele a pólvora con las actuaciones llevadas a cabo por la policía autonómica catalana contra los acampados. Vislumbro que el adormecimiento de los jóvenes ya no es tal. Porque de ellos depende exclusivamente su futuro, ya que muchos mayores no han hecho absolutamente nada para corregir las políticas antisociales de este y anteriores gobiernos estatales, autonómicos y locales.
Gobiernos, que se han limitado ensanchar las diferencias sociales. Habiendo ejercido determinados políticos con tal presunta tiranía, hasta el punto que en España en muchos años no crecerá ni el barbecho, porque se han cargado el tejido industrial, quedándonos tan sólo como principal fuente de riqueza el turismo.
Así que, no sé dónde nos lleva este corrupto sistema político español. Por lo tanto urge una profunda reforma de la Constitución Española, para eliminar los muchos antros políticos abarrotados de parásitos, que cuestan una gran millonada de euros mantenerlos. Siendo el deseo de los españoles y mío que comiencen a recortar gastos empezando por la más alta institución del Estado y no al revés congelándoles las pensiones a los pobres.