Recital poético a la memoria de Federico García Lorca
en el 76 aniversario de su
asesinato
José Salguero Duarte
Lunes, 26 agosto 2012
Hace
unos días, tuvo lugar en el Claustro de la Fundación Municipal
de Cultura José Luis Cano de Algeciras,
un recital poético homenaje a la memoria
de Federico García Lorca, al haberse cumplido el 76 aniversario de su
asesinato, ocurrido en la madrugada del 18 al 19 del agosto de 1936.
El
acto fue organizado y presentado por el
exalcalde de Algeciras Patricio González, quién inicialmente leyó unos apuntes
sobre Federico García Lorca, remitidos desde Tánger (Marruecos), por el
periodista Jesús Cabaleiro.
Federico
García Lorca, fue un luchador incansable por la justicia social, la paz y la
cultura, etc. Sintiéndome muy identificado con él, porque detesto la política,
al no ser agua clara todo lo que reluce, habiendo huido siempre de ser enrolado
en siglas algunas. Ya que pienso, vivo y muero por la absoluta libertad del ser
humano. Y como ese concepto es
totalmente imposible llevarlo a cabo bajo el yugo de cualquier ejecutiva
política, al tenerse que actuarse
acatando la disciplina impuesta. Por esas y otras causas no afines con mí
pensar y sentir, camino en solitario luchando contra los unos y los otros que
traspasan los límites de la decencia política y dignidad humana, teniendo que
soportar lo mejor posible ciertas arremetidas.
Por consiguiente, el referido acto poético lo inicié recitando algunos versos del poema de Federico llamado Alba, que dicen así:
“Mi corazón oprimido,
siente junto a la alborada.
El dolor de sus amores,
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva,
semilleros de nostalgias.
La gran tumba de la noche,
su negro velo levanta.
Para ocultar con el día,
la inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos,
llena de noche el alma!
Hoy mi pecho está reseco,
como una estrella apagada”.
No
extrañándome, proseguí diciendo, que esta fundación de cultura, la reconviertan
de nuevo a sus orígenes para que ejerza otra vez de hospital de la caridad. Ya
que si no lo remedia el pueblo, vamos a retroceder muchos años. Y debido a la
mucha gasolina que están desparramando, no me extrañaría tampoco que España
ardiera por los cuatro costados como en 1936...
Y
si estoy triste por el futuro cercano que nos espera, Federico plasmó algunas
de sus penas, en el poema titulado: Canción otoñal. Y a continuación os recito
varios de sus versos: -
“Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea.
Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
¿Si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena".
Mi
intervención fue más extensa, pero debo dejarlo aquí, porque lo poco gusta y lo
mucho cansa. No sin antes decir las últimas cuatro palabras que pronuncié en el
referido recital poético que fueron las siguientes: Salud, paz, bien y
república.