El alcalde le
impuso, en el Salón de plenos del Ayuntamiento, la insignia de la ciudad a Juan
Antonio Ruiz ‘Espartaco’
José Salguero Duarte
Algeciras
Jueves, 6 de junio de 2013
El protagonista de las jornadas
taurinas de Algeciras, de este jueves 6 de junio, ha sido especialmente el
matador de toros Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, y en segundo plano su apoderado
Rafael Moreno, quienes disertaron sobre el libro escrito sobre ‘Espartaco’ por
Moreno titulado: “El largo y difícil camino del éxito”.
A las 20,30 horas, en el Salón de
plenos del Ayuntamiento de la localidad, el alcalde José Ignacio Landaluce, le
impuso la insignia de la ciudad a Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’.
Posteriormente fueron caminando
por diferentes calles de la ciudad, hasta llegar a la Fundación Municipal
de Cultura ‘José Luis Cano’. Y a la entrada del claustro sonó el pasodoble del
maestro Miguel Mateo ‘Miguelín’, recibiendo el público al maestro ‘Espartaco’
con una gran ovación.
El vaso de
agua ni medio lleno ni medio vacío, sino hasta el borde para que no pase sed el
maestro ‘Espartaco’, en las XXXVIII Jornadas Taurinas de Algeciras
—-Incidencias
Hay que reseñar, que en estas
jornadas taurinas algecireñas, la puntualidad brilla por su ausencia, porque,
un día más, dio comienzo con alrededor de veinte minutos de retraso sobre el
horario previsto.
No obstante, debo felicitar a la
concejala de Feria y Fiestas, Juana Cid, porque hoy la megafonía funcionó
maravillosamente bien, y por haberse cambiado las sillas de plásticos por otras
de hierro. Pero no así, por haber reservado 35 de las 50 sillas centrales para
autoridades, reina, damas, familiares y demás corte oficialista. No
permitiéndose a las personas que no tenían asiento que lo hicieran en dicho
lugar, hasta que comenzó el acto siendo ocupadas las que quedaron vacías. Pero
los que llegaron primeros para ocupar buen sitio, se quedaron con la cara
partida y de pie por puntual.
En cuanto a la prensa, es obvio,
que está como está a nivel nacional, según mi opinión, presuntamente por
desméritos propios. Porque otro día más, no se reservó el sitio adecuado para
poder realizar los redactores sus crónicas.
—-El acto y los participantes
“Seré breve, porque de lo que se
trata, es que escuchen a ‘Espartaco’, que es el que se ha puesto delante del
toro. Él me hizo fácil su apoderamiento. Lo conocía desde que era un chiquillo
y escuchaba hasta sus silencios. ‘Espartaco’ ha sido para mí el número uno del
toreo. Triunfó el hombre y surgió el torero, pero a punto estuvo de arrojar la
toalla y se convirtió en el ídolo que no pudo ser…”. El público le tributó una
gran ovación a Moreno cuando terminó su disertación.
Posteriormente, Bocanegra,
le tocó las cuerdas sensibles al maestro ‘Espartaco’. Y dando muestra, el
periodista, de que se había leído el libro de ‘pitón a rabo’, estuvo muy bien
en toda la noche. Por lo que, le puso el ‘capote’ al maestro con suavidad y
temple, para que recordara sus primeros pasos en el toreo, diciendo ‘Espartaco’
entre otras cosas las siguientes:
“De pequeño no quería ser torero
porque me daba mucho miedo. Y tampoco me gustaba lo que rodeaba a esta
profesión porque no era casi todo bueno. Mi padre quería ser torero y daba
pases con un trapo rojo al viento en una era de trillar. Lo que veía en mi casa
con toda la dureza era complicado. Pero iba a verlo y me daba mucha pena en el
buen sentido de la palabra. Porque no tenía noción de lo que le pasaba por la
cabeza haciendo eso. Pero lo admiraba lo mismo que mi madre y mis hermanos. Y
mi obligación era acompañarle en esa locura…”.
Posteriormente contó cuando se
puso por primera vez delante de una becerra. Cuando se fue con el espectáculo
taurino ‘El chino torero’ a América, y las perrerías que le hacían los enanos
cuando era obligado a hacer el papel de lobo en un número con caperucita. Los
enanos le daban mucha leña y después tenía que torear en la parte seria, pero
no tenía fuerza para ello. Hasta que un día su padre hizo de lobo por él y le
pegó la grande a caperucita y a todos los enanitos, teniéndose que venir para
España tras tres meses sin un real en el bolsillo, pero contó que se trajo un
mono…
Recordó sus etapas con
apoderados, entre ellos, con Pablo Lozano, y la dureza de esta profesión porque
a punto estuvo de arrojar la toalla al no ver ni un duro, hasta el punto, que
tras haber triunfado en la
Maestranza se fue a su casa en el autobús de línea.
Posteriormente, hizo referencia
de cuando se pasó a banderillero porque tenía que ayudar a su familia. Y cuando
triunfó en Sevilla en una corrida televisada…, cambiando su destino
definitivamente al llegar a torear esa temporada unas ochenta corridas.
Contó sobre las siete temporadas
que estuvo liderando el escalafón de matadores de toros. Y otra más en dura
competencia con el portugués Víctor Mendes.
Espartaco citó en muchas
ocasiones al miedo. Y dijo que él lo vencía enfrentándose a ello. En una
ocasión al tener mucho miedo a los gatos, se encerró en una habitación con
cuatro salvajes y un cubo para cogerlos, venciendo ese miedo que le tenía a los
gatos.
Espartaco ofreció una verdadera
cátedra de humanidad, esfuerzo, sacrificio, abnegación, espíritu de superación
por y para una profesión, por la que dio todo por ella. Recordando el momento
difícil que pasó cuando sufrió en un partido benéfico la grave lesión en una
pierna…
El acto terminó sobre las 10,45
horas, siéndole entregada una estatuilla como recuerdo por su paso en estas
jornadas.