jueves, 12 de agosto de 2010

Antonio Burgos y su "bochorno andaluz" por José Salguero Duarte





José Salguero Duarte
Jueves 12 agosto 2010
Diario Área

http://salgueroduarte.artelista.com/


El columnista Antonio Burgos, se despachó a gusto hace unos días en su tribuna de ABC titulada “Bochorno andaluz para la Obamesa”. Y al provocarme cierto malestar sus paparruchadas vertidas, me puse a escribir este artículo para dedicárselo.

Este escritor, posiblemente creó su “Bochorno andaluz”, bajo un golpe de caló o con un pajazo en sus zojos no quincando más allá de su napia. Porque en esa tribuna es posible que se asemeje más a un cascabullo sin sesos, que a una eminencia de la escritura, debido al daño que le ha podido ocasionar al pueblo Andaluz, con el mordaz ataque que ha realizado a la señora Obama por su visita a Marbella.

Burgos, no la capital castellana poseedora de una monumental catedral y deliciosas morcillas. Sino al graciosillo de la plumilla estilográfica que posee un afilado aguijón, a veces con la gracia en el trasero lo mismo que las avispas. Como le ha podido ocurrir en esta ocasión, al vomitar esa columna impropia de una persona que debe ser consciente de la triste realidad andaluza.

Aunque, si la causa ejecutora de esos bandazos suyos como escritor, es como consecuencia de tener necesitad de nausear improcedencias para provocar polvareda. Creo que lo ha conseguido tocándome los meblis, al escribir contra Andalucía y los andaluces lo siguiente:

“¡Qué bochorno el de Andalucía ante la Obamesa en su visita! Dicen que tal visita será muy buena para una Marbella que ya no es autosuficiente, que antes le bastaba con Gunila, el Conde Rudi y Olivia Valere para promocionarse a sí misma, y que ahora tiene que importar obamesas para que se hable del tesoro turístico de la Costa del Sol…”.

Continúa: “Todo lo que muchos andaluces odiamos de Andalucía ha sido lo que se ha ofrecido a la Obamesa. Ya digo, de bochorno. Y anda que la moza venía con lo puesto: cuarenta o sesenta habitaciones ocupadas. Andalucía ha cumplido su triste papel de siempre: servir de playa, solárium, tablao, taberna y parada y fonda del mundo. Y los andaluces, además, encantados…”.

Prosigue: “La consejera de Agricultura, ofreciendo a la Obamesa poco menos que un Banco de Alimentos, qué vergüenza, en una foto increíble del regalazo de “jamones, garrafas de aceite y hasta sandías, gordas y espelotás. ¿Cuántos aviones tipo Air Force One va a necesitar la Obamesa para llevarse esta catetada a la Casa Blanca?...”.

Sobre el cuadro flamenco que actuó para la Obama lo pone a caldo diciendo: “El presunto flamenco. No José Mercé, no Miguel Poveda, no: flamenco para uso de turistas, en el Sacromonte, con recitados del peor Lorca, con la obligada zambra de las gitanas gordas y un chavalito que se llama Iván Vargas, pues Antonio Vargas Heredia sería ahora Iván Vargas Heredia y Soledad Montoya, Vanessa Montoya. Flamencos bailadores del agua de los turistas, modelo parador de Fraga Iribarne, qué vergüenza…”.

El colofón a tantos despropósitos de Antonio Burgos lo culmina con: “Y por si fuera poco, le perpetraron una cena de nueva cocina. En la tierra del pescado frito, a la Obamesa le pusieron «tartar de lubina salvaje con aguacate de Istán», ¡toma ya!, y «gazpacho de fresas de verano con spray de oliva», yo creo que es algo. Con razón luego los catalanes prohíben los toros, ¿no los van a prohibir? Si es por imágenes lamentables de España, mejor que prohíban las visitas a Andalucía de las Obamesas. ¿No podía haberse ido mejor esta señora a la Costa Brava, y nos hubiéramos ahorrado así el habitual bochorno de la españolada a costa de Andalucía?”.

“Antonio Burgos, no confundas las churras con las merinas,
porque en esta ocasión es posible que no lleves razón, ya que la señora Obama no vino por casualidad a Marbella”


Antonio, pisha, cuida con los buches de aguas calientes estancadas que bebes, porque parece que se te va la chorla. Aunque te diré que lo que has escrito, podría admitirse, si se hubiera producido en otro contexto circunstancial económico distinto al actual. Y de ser así lo hubiera criticado más duramente que tú, al estar en contra también de todo eso que se exporta de Andalucía, no sólo en la época de Franco, sino especialmente en estos treinta años de periodo democrático y constitucional, en el que determinados políticos han dejado al pueblo andaluz arrasado.

No extrañándome por tanto, que Andalucía al haber perdido sus señas de identidad, al haber sido prostituida y vendida políticamente al mejor postor, sea actualmente una comunidad de servicios (chacha o criada) del resto de España y del extranjero, ya que una de nuestras principales materias primas y fuente de ingresos es el turismo, al que hay que cuidar entre algodones.

En lo relativo a lo que afirmas y preguntas “…mejor que prohíban las visitas a Andalucía de las Obamesas ¿No podía haberse ido mejor esta señora a la Costa Brava…?"

Se nota que tienes la nevera llena y no así más de un millón de andaluces y foráneos. Porque de lo contrario le hubieras dado la bienvenida a Michelle Obama, lo mismo que hizo el actor Paco Martínez Soria a los americanos en la emblemática película titulada -Bienvenido Mister Marshall-. Porque la visita de la Obama ha sido para nuestra querida Andalucía, una gran proyección turística hacia el resto del planeta.

Antonio Burgos, no confundas las churras con las merinas, porque en esta ocasión es posible que no lleves razón, ya que la señora Obama no vino por casualidad a Marbella, sino porque la mandó su marido, al estar España casi en bancarrotas rozándose los cinco millones o más de parados, con los comedores sociales a rebosar.
Por consiguiente, debe ser un orgullo para bastantes andaluces, que la esposa del presidente de los EEUU haya venido a Marbella. Siendo acertados los regalos que le hicieron al ser una distinguidísima invitada.

¡Es que tú nunca has aceptado algún regalo, cuando has ido o te han llevado a pegar algún toque literario y cultural por ahí!

En cuanto a que no te extraña que “con razón luego los catalanes prohíben los toros”. Te diré que con la que está cayendo políticamente contra las corridas de toros. Es lamentable y vergonzoso que hayas tocado ese tema haciéndole un flaco a la Fiesta. Y más tú que has alcanzado posiblemente la gloria literaria y económica, gracias a lo que has escrito y pregonado a favor de los toros y de los toreros.

Sobre las miserables críticas que le haces a los artistas que cantaron y bailaron para la Obama. Me has parecido exteriorizar celos y envidias al no haber sido invitado, para que vestido de frac a lo Groucho Marx, le recitaras a la Obama una romanza lagartijana. Y una vez finalizada tu pancista oratoria ser aclamado por los asistentes con vítores de –torero, toreo-. Y que la señora Obama te hubiera impuesto en tu larga y ancha solapa, la Encomienda Ilustrada Americana.